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1196 23 Noviembre 2012

 

EN LAS NUBES
Los jubilados del Issste
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- El presidente de la Suprema Corte, Juan N. Silva Meza, retiró del pleno los incidentes de inejecución presentados por jubilados federales e incumplidas por el ISSSTE, quien se niega a reconocer los fallos de tribunales competentes. Y por ende el pago a que fuera sentenciado el Instituto federal.

Las personas que alcanzaron su jubilación o pensión, sea el caso, encontraron disminuida la cantidad que en derecho les corresponde. Recurrieron a los tribunales competentes, que, uno a uno, dieron la razón a los quejosos después de muchos años de angustia. Las autoridades menospreciaron las sentencias y no obstante el plazo, lo ignoraron. Incurrieron en desacato, prevista su sanción  en la fracción XVI, del Artículo 107 Constitucional, que consiste en la separación del cargo y la consignación ante un juez federal de la autoridad omisa. Disposición que el máximo tribunal ha aplicado en contadas ocasiones. Esta no es una excepción, pues a petición de Silva Meza y ante la proximidad del final del sexenio detuvo el exhorto oficial:

Adujo que la soberanía responsable “ya iba a cumplir con la orden del Poder Judicial de la  Federación”, que por supuesto no ha ocurrido en detrimento de cientos de pensionados, inclusive de los que trabajaron en los  mismos tribunales o Corte a quienes se les escatimó la justa retribución. Vale la pena informar que un empleado jubilado o pensionado llega a percibir máximo 16 mil pesos al mes, cuando se les otorga lo justo según sus años de trabajo y salario devengado. Pero a casi todos se les escatima la cantidad y los obliga a recurrir al amparo, que siempre ganan. Pero en la última instancia, la Suprema Corte –es el caso, hoy —que reconoce las sentencias de sus pares–, se olvida de aplicar a lo que está obligado: la Carta Máxima del país para que se haga, simplemente, justicia.

Don Juan N. Silva, cuyo salario es no inferior a los quince mil pesos diarios, se despoja de prejuicios y les comunica a los jubilados, cuya percepción es menor a 100 pesos diarios, que ya va el Issste a cumplir el fallo de la justicia Federal. Mientras tanto todo sigue en suspenso en espera, suponemos, de que lleguen nuevas autoridades y comiencen a negociar de nuevo, lo que ya ha sido juzgado, pero no aceptado.

Hoy que don Enrique Peña Nieto quiere acabar con la corrupción que cabalga en los tres Poderes, sería prudente solicitar su atención a efecto de que quienes han ofrendado sus conocimientos y vida al Poder Judicial de la Federación, reciban, al menos, lo que en justicia les corresponde, sin que les importe el salario, descomunal que devengan el presidente y los diez ministros restantes de la que dice llamarse Suprema Corte de Justicia de la Nación.

No es limosna lo que exigen, sino justicia a secas.

carlosravelogalind@yahoo.com.mx

 

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