Suscribete
 
1199 28 Noviembre 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
El Calderón de los últimos días
J. R. M. Ávila

Monterrey.- “No canta mal las rancheras”, reza un dicho muy trillado que no aplica para Felipe Calderón. Pero si bien es cierto que las canta mal, la verdad es que durante seis años ha gobernado peor al país, de tal manera que bien podría presumir: “Lo mío, lo mío, lo mío, es la cantada”.

Quien crea que esto es un mal chiste, asómese al pobre espectáculo que dio el “Señor Presidente” al cantar con banda “El perro negro” durante un acto oficial, mientras inauguraba un libramiento en La Piedad, Michoacán.

Por supuesto, el pitorreo no se dejó esperar en twitter: Calderón fue a Michoacán a asesinar al perro negro… canta como gobierna… Para reír un rato, el perro de Calderón… De Felipe Calderón aprendí que sólo es bueno tomar los días que terminan con "s", además del sábado y el domingo… José Alfredo Jiménez se retuerce en su tumba…

No conforme con enseñar la oreja en un acto oficial, el Calderón de los últimos días se la ha pasado inaugurando obras sin concluir. Como ejemplos tenemos el mencionado libramiento de La Piedad o, en Veracruz, un hospital aún sin equipo ni personal completos, además de un libramiento y una nueva autopista aún sin fraguar.

Por si fuera poco, en Campeche dio el banderazo para la construcción de la segunda etapa de un boulevard en honor a Juan Camilo Mouriño: “un gran mexicano trabajador, honesto y leal, decidido a construir un México más seguro, más próspero y desarrollado”, al decir de Calderón. ¿Será?

Y cuidado, que su gira de despedida por este país aún no termina y de repente se le ocurre cambiarle el nombre oficial de Estados Unidos Mexicanos al de México (de inmediato, un conocido mío recordó las líneas de una canción de Joan Sebastian: “Y puedo cambiarte el nombre, pero no cambio la historia”).

De manera que, mientras él se la pasa divertido, cantando e ideando naderías, contento del imaginario país que ha construido para sí mismo, aumenta la cuenta de muertes en el país verdadero.

Con tanto que presume de sus logros, ¿se dará cuenta algún día de cómo ha administrado la violencia o de que su gobierno será recordado como el sexenio de la muerte?

Este hombre que empezó el sexenio cantando “El hijo desobediente” (¿para que siquiera digan Felipe fue desgraciado?) y lo termina interrumpiendo un discurso oficial para cantar “El perro negro”, supera a aquel otro que iba a defender el peso como un perro y quedó caricaturizado en la frase “In dog we trust”.

Por cierto, para dejar de cantar en La Piedad, Michoacán, le dijo a la banda: “Ahí muere, ahí muere”. Para mucha gente, la frase parecerá inocente, pero no lo es, porque Calderón se ha convertido en uno de los aliados más eficaces de la muerte en los últimos seis años.

Nadie dude que ella deba estarle agradecida.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com