El oro de México
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- En nuestra participación de ayer reseñamos y criticamos las sugerencias de Carstens sobre el blindaje, que según su leal saber y entender, debe ponerse en acción para cubrirse ante una posible tormenta perfecta.
Pues bien, hoy los cotidianos nos dicen que la inversión extranjera en bonos del gobierno a corto plazo, capitales golondrinos, estrictamente especulativos, aumentó el 480 por ciento. Con ello se convierten en los acreedores de más de un tercio de los valores en circulación. Esa inversión es a la que temía el ínclito gobernador de Banxico.
Las declaraciones de EEGM, a todo pulmón, no son más que una patochada, una bravuconería más de Gordillo. Dice estar con EPN, pero no con el congreso, ¿qué no es lo mismo?; se asume como ¿guerrera? ¡caray!; llama a honrar el mérito de ser maestros sin corruptelas, ¿se mordió la lengua?; que nos unan los principios ¿de qué?; ni amenazas ni nadie me van a intimidar; quiero morir con el epitafio: aquí yace una guerrera y como guerrera murió. Ya en serio, al margen de ridiculeces seniles, esos pronunciamientos son aberrantes, vomitivos.
El asunto del IFAI se complica cada día más. Laveaga señaló que sería mal mensaje si deciden limpiar al IFAI: a contrario sensu, el susodicho acepta que hay algo o mucho, sucio en ese instituto que debería rechinar de limpio. En realidad qué mal están las instituciones mexicanas, esas que deberían ser orgullo y prez de México, refiriéndonos al IFE, al propio IFAI y tantas otras.
El sector minero, que es un referente de soberanía nacional, a pesar de discursos, buenos deseos, de estar incluido en los compromisos –el 61– del Pacto por México, no avanza. No sólo es pilar de la economía mexicana, sino también del abuso que empresas canadienses, estadounidenses, mexicanas, y ya se suman las coreanas, están haciendo con el casi 30 por ciento del territorio nacional, porque están agotando el subsuelo y dejando a su paso, pobreza y desolación entre los habitantes de las localidades en que se asientan los fundos mineros.
Reportan los cotidianos que la extracción creció 8.4 por ciento de enero a noviembre de 2012; de casi 80 mil kilos de oro en 2011 pasó a casi 87 mil, y que en tres entidades se concentra el 68 por ciento de la producción del metal precioso de 18 estados. El pago que recibe la nación es un impuesto que va de 5 a 111 pesos la hectárea sujeta a explotación. La mayoría de las utilidades generadas se van al extranjero. ¿Y todo por qué? Por una ley anquilosada del 25 de enero de 1939. Y aquí viene la pregunta esencial, ¿dónde esta la iniciativa que promoverá EPN? ¿cuál es el contenido? Vamos viéndola y que no sea otra palabra empeñada.
En el entorno económico, uno de los detonantes del crecimiento, sin duda es el mercado doméstico. Información de El Financiero nos dice que la confianza del consumidor disminuyó el 0.79 por ciento en el mes de enero de 2013, ubicándose el indicador en 98.3 puntos. Con ello, si bien no es dramática la baja, es cierto que nos mantenemos en niveles sin gloria, que no nos ayudan en mayor cosa.
En el tema de la soberanía alimentaria, los datos respectivos son inquietantes. La importación de granos aumentó con relación a 2011. En 2012 se importaron 29 mil 260 millones de toneladas con un valor de 10 mil 597 millones de dólares; el incremento en tonelaje fue del 12 por ciento y en numerario el 21.7 por ciento, como producto de la especulación. Las compras de maíz crecieron 10 por ciento; semillas de canola el 26 por ciento; de frijol el 83 por ciento y la avena el 95 por ciento.
La Cruzada contra el Hambre tiene inconsistencias; dejaron fuera a municipios con 50 por ciento de su población en pobreza extrema e incluyó a otros con altos índices de desarrollo, con lo que se concluye que no son claros los criterios de selección.
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