EL CRISTALAZO
Discurso comprometedor
Rafael Cardona
Ciudad de México.- Muy bien hubiera podido el Presidente Enrique Peña Nieto dejar las cosas como ya estaban tras la fulgurante acción combinada de la Secretaria de Hacienda y la Procuraduría General de la República, pero en abono de la claridad de su decisión (o de su autorización, si queremos ser suaves) quiso explicar lo particular con apoyo en lo general.
Irrumpió en las pantallas (o las usó, sí queremos ser suaves) para expresar un cuidadoso discurso lleno de claridad, precisión y contundencia. Pero también de compromisos.
Esto dijo y esto debemos analizar casi línea por línea; palabra por palabra:
“Desde el inicio de mi gobierno me comprometí a cumplir y hacer cumplir la ley (no sólo fue un compromiso, fue un juramento). Esa es la primera obligación que tengo como Presidente de la República.
“La ley nos obliga a todos por igual y nadie puede estar por encima de ella (ésta es la parte más delicada de la reiteración del compromiso debido a la vigencia corporativa entre el PRI y el poder sindical sobreviviente). Ese es el principio básico del estado de derecho.
“El Procurador General de la República ha iniciado un proceso legal en contra de diversas personas, resultado de una investigación que hace presumible (probable) la comisión de diversos delitos del fuero federal.
“Esta indagatoria deberá continuar hasta sus últimas consecuencias, siempre con estricto apego a derecho. Para garantizar la aplicación de la ley, he ordenado asegurar el debido proceso y que se respeten los derechos humanos de las personas implicadas (detalle ante el cuál la oportunista CNDH ya se preparaba para aparecer en la foto).
“El ejecutivo a mi cargo será absolutamente respetuoso de la separación de poderes y específicamente de las resoluciones que emita el Poder Judicial de la Federación sobre este caso.
“El proceso que se sigue es estrictamente legal, responde a evidencias de un probable desvío ilícito y ocultamiento de recursos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Los recursos de los sindicatos son de sus agremiados, no de sus dirigentes (este vuelve a ser un asunto espinoso, sobre todo ante la historia –desde ahora invocada por los críticos– del Pemex Gate). Deben utilizarse en beneficio de los propios trabajadores.
“La actuación de la Procuraduría General de la República se realiza en defensa de los derechos del magisterio y del patrimonio de los maestros (esto implica decirles a los maestros, detuve a quien los robaba a ustedes).
Existe plena coordinación entre el Gobierno de la República y las autoridades estatales y del Distrito Federal. Asimismo, se mantiene un diálogo respetuoso y constante con la dirigencia Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (y esto es a un tiempo una oferta de colaboración, pero también una advertencia).
“En este espacio, reafirmo mi compromiso con los maestros de México. Mi Gobierno seguirá siendo su aliado y trabajará para mejorar las condiciones en que cumplen la elevada misión de educar a los ciudadanos del mañana.
“Ustedes, maestras y maestros, son pilares del Sistema Educativo Nacional. El Gobierno de la República respeta la vida interna y la autonomía del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Refrendo mi absoluta disposición a seguir fortaleciendo un diálogo abierto, franco y directo a favor de la educación.
“El magisterio nacional es un gran constructor del presente y del futuro de México. Su labor es indispensable para edificar una sociedad más justa, próspera y democrática.
“A los padres de familia, alumnos y a todas las comunidades escolares del país, les reitero mi firme compromiso con la educación de los niños y jóvenes de México.
“La transformación educativa del país va hacia delante (como le dijo Chuayffet en el epitafio político de Elba Esther: no hay marcha atrás).
Compartimos un mismo objetivo: lograr que las nuevas generaciones de México reciban una educación que les permita contar con bases sólidas para escribir su propia historia de éxito.
“Juntos seguiremos trabajando para construir un México con educación de calidad para todos”.
Y ante esta explicación, a un tiempo cortesía, pero al otro definición de largo alcance, el presidente aumenta su popularidad. No su legitimidad, como mal dijo uno de sus adversarios electoralmente derrotados, Andrés López.
La legitimidad proviene de la urnas, no de las agencias el Ministerio Público. Esa es la diferencia con el atropello y asalto de Carlos Salinas contra Joaquín Hernández.
A partir de hoy los mexicanos podremos esperar el cumplimiento de esta reiterada oferta y compromiso presidencial: igualdad ante la ley y limpieza en el manejo de los fondos sociales de las organizaciones obreras.
¿Lo habrán escuchado todos cuyas largas colas están ya amoratadas de tantos pisotones?
Inteligencia Financiera
Nuevo refrán: “cuando veas las “bazbaz" de tu vecino rapar, pon las tuyas a remojar.
