Obama en México: La visita tersa
Hugo L. del Río
Monterrey.- El Presidente Barack Obama llegará a la ciudad de México el día dos de mayo para regresar a Washington DC, al día siguiente. Los empleados del DF apenas habrán terminado de recoger los desechos de la marcha obrera, cuando el mandatario norteamericano camine por las calles de la muy noble y leal capital de la República. Sin duda, el jefe de Estado vendrá preparado: tiene, para eso, miles o millones de hombres y mujeres quienes le informan hasta de qué color son los calzones que llevará puestos ese día su homólogo mexicano y, por esta vez anfitrión, Peña Nieto.
México no le provocará ninguna sorpresa ni le causará asombro a este hombre que se forjó el carácter en combate contra todo y contra todos: nada tiene en común el mandatario vecino con el mexiquense, nacido entre pañales de seda y con cuchara de plata en la boca. El señor Obama sabrá, sin duda, y tendrá que hacer un esfuerzo para reprimir una sonrisa de ironía, que la parada del día anterior supuestamente para festejar al obrero es sólo una de las mentiras que tienen disponibles para el engaño los mexicanos de poder.
El Primero de Mayo de 1913 fue Victoriano Huerta quien encabezó la marcha de los parias de la tierra azteca. Fue la primera ocasión que los famélicos asalariados desplegaron sus estandartes que, sin duda, habrán mostrado, con el orgullo del esclavo enamorado del amo que lo mata con el máuser, consignas a favor del Señor Presidente, el mejor amigo de la clase obrera y todo eso.
El sindicalismo mexicano nació enfermo y a estas alturas ya ni a los sindicalistas auténticos –son pocos, pero los hay- les interesa sanarlo.
Obama respirará violencia y corrupción: Michoacán, cooptado por los capos; Guerrero, a partes iguales botín del narco y los maestros quienes insisten en una ley estatal de educación que contradiga al ordenamiento federal; el gobierno de Quintana Roo gastando 200 mil dólares para llevar a Cancún a las Vaqueritas del Dallas; Nuevo León endeudado hasta el próximo milenio, todavía viviendo entre las ruinas que nos dejó el Alex hace tres años; el Poder Judicial, entre los más corruptos del mundo; el hambre, como arma electoral; EPN quejándose del contrabando de las armerías estadounidenses, aunque al hacerlo le destapa las nalgas a la aduana mexicana.
Bueno, hasta en la limpieza de San Lázaro se descubrió un cochupo de diputados de todos los partidos por pinchurrientos dos millones 800 mil pesos. Los voceros oficiales nos aseguran que será tersa la entrevista de los Presidentes: el narcotráfico no existe: es una percepción de los inconformes de siempre. Eso sí, los periódicos de los Vázquez Raña difunden alegremente el alucine de la banca y anuncian que México podrá ser la séptima potencia del mundo.
PIE DE PÁGINA: ¿Por qué no asistió Peña Nieto a la boda del hijo de Salinas de Gortari? ¿Se les olvidó invitarlo?
