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1313 8 Mayo 2013

 

FRONTERA CRÓNICA
Goles por México
J. R. M. Ávila

Monterrey.- “Hay que darle gracias al Monterrey”, dice un tuitero, “porque con los goles que Cruz Azul le metió se hizo una colonia en el DF”. La broma, por supuesto, se refiere al programa “Gol por México”, mediante el cual se apoya a la vivienda, se combate la desnutrición, se equipan escuelas con computadoras o bibliotecas y se apoya a la salud con aparatos auditivos o trasplantes de órganos.

Según la propia Fundación Televisa, “Goles por México” es un programa que tiene como objetivos: “Involucrar al deporte y a los deportistas con causas sociales; generar conciencia social sobre los problemas que aquejan a México, y promover el compromiso social a través del deporte”.

Por eso, cada vez que un equipo mete un gol, escuchamos que los cronistas televisivos se desgañitan diciendo algo así como: “¡Goooool con causa, gol por México, gol por la nutrición que beneficia a 25 menores de 5 años de edad dándoles atención por dos años, en la comunidad de Rancho Cabras, en el municipio de Tehuacán, Estado de Puebla!”.

Y ni modo, pienso yo, si hay más de 25 niños, que se amuelen. Aunque, claro, siempre queda la posibilidad de que los equipos metan más goles. Pero, ¿se imaginan ustedes cuántos tendrían que meter para que se resolvieran los problemas de nutrición de más de cinco millones de niños que viven en extrema pobreza?

Si quieren hacer cálculos, aquí les va este dato: desde el 2001 hasta el 2007, los beneficiados de todos los rubros no llegaron a 650 mil personas. Es decir, que a la fecha tal vez sobrepasen el millón de beneficiados. Aún más, concedamos que lleguen al millón y medio, para ver los alcances verdaderos del programa.

Pero los beneficiados deben repartirse entre diferentes rubros y hasta 2007 el programa había apoyado a la nutrición de poco menos de 35 mil niños, y hoy llegarán cuando mucho a los 100 mil.
Retomemos los cinco millones de niños que viven en extrema pobreza y hagamos el cálculo de cuántos goles se necesitarían para apoyarles con alimentación, no por dos años, sino por más tiempo. Aunque estemos olvidando a la gente adulta que vive en esa situación (o qué, ¿que coman los niños aunque los adultos sigan padeciendo hambre perpetua?).

Y si alguien cree que el problema sólo se presenta en otras entidades, aquí les dejo un dato más: hay arriba de 88 mil personas viviendo en condiciones de extrema pobreza en el estado de Nuevo León. Digo, tómenlo en cuenta por aquello de que en todo el país se nos tacha de ricos y se nos visualiza comiendo carne asada y cabrito día tras día.

No es por desanimar a nadie, pero ni la suma de los goles que se metan en este país (incluyendo los de los equipos llaneros), ni las cruzadas nacionales contra el hambre, sacarán a tanta gente, no digamos ya del hambre, sino de la miseria en que está.

Estas campañas no son más que una pastilla endulzada que se suministra como placebo a alguien que padece una enfermedad terminal. Y para acabarla de amolar, México debe tragarse los autogoles fiscales que le meten aquellas personas que organizan estas campañas y estos programas.

Ojalá no lo olvidemos la siguiente vez que oigamos, aunque sea de lejos: “¡Gooool con causa, gol por Mé…!

 

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