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1313 8 Mayo 2013

 

MALDITOS HIPSTERS
El arte de vivir del arte
Luis Valdez

Monterrey.- Me decía un amigo fotógrafo que para los artistas visuales resultaba más fácil vivir si eran blancos y altos. De inmediato le creí, porque una cosa es intentar convencer y otra es poder seducir para convencer. Es triste que la mayoría de las veces seduce la persona, no la obra artística.

No culpo al maestro Felipe Ehrenberg, pero mi amigo tenía razón. Resulta más fácil que una persona le compre arte a alguien aperlado y alto como el maestro, de familia alemana. No así con un moreno o alguien que viene de la Indepe y trae todo el mood con acento, vestir y movimiento. Los eventos de artes visuales son mejores que los de literatura. Una vez en el Centro de las Artes, los escritores se apretujaron en un evento de pintores como mendigos. Había whisky, edecanes y artistas guapas. En los eventos literarios si acaso hay vino rebajado, nunca edecanes y casi imposible que haya mujeres guapas. ¿El mundillo de los artistas visuales es tan cruel que extermina a las artistas feas?

No dudo del carisma del maestro Ehrenberg, pero agregado a su carisma e imagen, es un gran vendedor. Todo buen vendedor debe saber cuáles son sus opciones de aventajar a los demás. El arte de vivir del arte también es un libro que nos enseña a vender nuestra propia producción artística desde que nos vendemos nosotros mismos como imagen. Algunos escritores suelen odiar esto, como Bukowski, Salinger y Murakami. Otros, sobre todo poetas, creen que se llenan de gloria si son cada día más públicos, soñando que los detienen en la calle o en el HEB para pedirles su autógrafo. Triste el caso, porque un artista no debería ser un artista estilo televisa.

La mayoría de los artistas que tratan de vivir del arte, sobre todo en una sociedad que no conoce y mucho menos valora el arte, son pobres en potencia. Clase baja. Paralelo a las estadísticas de que más del 95 por ciento de la población son pobres, lo mismo es el estilo de vida de los artistas si quieren vivir de su arte. Por eso conozco artistas fotógrafos, maestros, diseñadores, cartonistas, libreros, editores, funcionarios públicos, contadores, consultores.

El arte de vivir del arte, es así el arte de vivir mal del arte, y la culpa no es sólo del artista, sino de que no está en el lugar ni el momento correcto. No serán ni los primeros ni los últimos en morirse de hambre.

 

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