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1326 27 Mayo 2013

 

MUROS Y PUENTES
#YoSoyReformaMigratoria
Raúl Caballero García

Dallas, Texas.- Bajo la ola de beneplácito por la aprobación del proyecto de reforma migratoria en el comité judicial del Senado, se cierne una nubosidad oscura que puede hacer llover en el desfile celebratorio. O como dijo mi querido amigo Lucrecio Petra, al leer un editorial del New York Times al día siguiente de tal aprobación: “Cuando la reforma está a la vuelta de la esquina, aparecen en ella peligrosos enemigos.”

Repasábamos hechos, actos y acontecimientos y Petra estaba en plan de chacoteo, pero desde ahí mostraba la dimensión ominosa del asunto. El pasado miércoles 22 de mayo, el NYT editorializó en base a una nota publicada en sus páginas dos días antes (el día 20) y firmada por Julia Preston, que informa de la oposición a la reforma migratoria por parte de los sindicatos de Seguridad Nacional. En dicho editorial se critica la postura de la agencia National Immigration and Customs Enforcement Council (ICE) y del departamento U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS).

En otras palabras —dijo Lucrecio como una voz en off por encima de la sobremesa: “La Migra... así con mayúsculas, los patrulleros fronterizos y los empleados que tramitan las deportaciones y encarcelamientos de los inmigrantes indocumentados que detienen... no quieren cambiar las cosas.”

La nota de Preston destaca la alianza de los dos sindicatos en un intento de descarrilar la reforma, e indica que juntos representan a 20 mil empleados de Homeland Security comandados por Janet Napolitano; ellos juegan un rol central en la aplicación del ambicioso proyecto en curso en el Congreso. Estos empleados son quienes revisarían los millones de solicitudes de legalización de los inmigrantes indocumentados, y quienes también determinarían quiénes obtienen el estatus legal o quiénes serían expulsados por no calificar.

O sea, sin eufemismos —dijo Lucrecio, quienes lideran estos sindicatos son de cuidado. Son los líderes de los temidos agentes, sin ambages: son los agentes de deportación. Entre ellos está el presidente del sindicato del USCIS, Kenneth Palinkas, quien en un comunicado difundió su apoyo al sindicato del ICE —representado por este otro oficial llamado Chris Crane—en rechazo al proyecto de ley de reforma migratoria. Crane mandó una carta al Congreso el 9 de mayo, en la que exhorta a sus miembros a bloquear la reforma calificando la iniciativa de ley que se debate como “un dramático paso en la dirección equivocada”, azuzándoles e infundiéndoles miedo con la misma vieja táctica del lenguaje anti-inmigrante.

Ahí va la alharaca en la que los inmigrantes indocumentados son etiquetados como promotores del terrorismo. El NYT llama la atención sobre esos ardides al señalar los ominosos términos utilizados: miedo, 9-11, terrorismo, mentiras, contrabando... que en el contexto empleado, producen un evidente efecto xenofóbico.

En su reportaje, Preston da cuenta que esa alianza laboral eleva la influencia de Crane, el mencionado oficial federal que dirige este sindicato que representa a la mayoría de los agentes de deportación, el mismo que ha emergido como testigo estrella —dice Preston— para la oposición de la reforma y que se ha convertido en un problemático adversario para quienes en la Administración Obama trabajan para promoverla...

Ni más ni menos —interviene Lucrecio—, es el Frankenstein del presidente responsable de que esos mismos agentes que hoy se le voltean, han hecho posible que sea el mandatario que más ha deportado inmigrantes. ¡Para levantar escozor, oh paradoja!

Las intenciones de estos líderes sindicales obtuvieron un inmediato respaldo en el Congreso, de mano del derechista opositor a la reforma senador por Alabama Jeff Sessions, quien ayudó a difundir la carta y buscó respaldo de otros congresistas conservadores. No por nada, el NYT subraya en el editorial mencionado que al unirse los congresistas “duros” con estos líderes anti-inmigrantes y al mostrar sus hostilidades inflexibles, se convierten en una verdadera amenaza que busca matar la iniciativa. Lo que está detrás de estas acciones es una “amenaza real”, destaca el diario neoyorquino en su principal espacio.

Les hago una analogía, —dijo Petra, y sin matizar relajó el ambiente: “Estamos como cuando un grupo de inmigrantes indocumentados —luego de enfrentar los peligros en los que les ha ido la vida al cruzar la frontera— están a punto de llegar a la que suponen tierra de oportunidades; inesperadamente aparece la Migra: muchas patrullas con numerosos grupos de oficiales. Aquí alguien como el cineasta Robert Rodríguez incorporaría varias pandillas de neonazis, feos y malencarados, con sus armas y macanas y uniformes militares de la Migra, quienes llegan dispuestos a todo a esa esquina, donde a la vuelta está la reforma. ¿Se acuerdan que ahí estamos?Ahora es cuando se requiere con voces fuertes el apoyo masivo de las organizaciones defensoras de los derechos civiles y sindicatos solidarios que antes han levantado la voz.”

Petra, encarrilado: “Entonces alguien como Rodríguez, digo, incorpora a Danny Trejo con música hip-hop de fondo. El personaje lleva encima de sus músculos un chaleco lleno de esos botones-prendedores con propaganda, en los que se lee “Sí se puede” y en alguno el rostro de César Chávez y en otro un puño izquierdo en alto y “No más deportaciones” y “Vía directa a la ciudadanía” etc. y en la espalda del chaleco un enorme parche como emblema en forma de escudo que dice #YoSoyReformaMigratoria.”

Así es que queremos ver a los Grupos de los Ocho en el senado y en la cámara baja, a dar el último empujón sin arredrarse. Queremos ver a Obama apretando tuercas y no sólo repitiendo buenos deseos. En fin, es predecible que la reforma llegará, pero respecto a esos 20 mil empleados públicos tan cruciales o decisivos en su buen funcionamiento, ¿quién puede asegurar cabalmente que todos los sindicados piensan igual que sus líderes? En todo caso, los encuestadores habrían de indagarlo para la salud pública y si se requiere, sería bueno un reacomodo de burócratas ¿no le parece señor Obama?, ¿señora Napolitano?

En fin dejemos la sobremesa, veamos el curso de las cosas y esperemos que efectivamente a la vuelta de la esquina esté la esperada reforma migratoria.
Petra recortó un rostro de Danny Trejo de una revista y lo puso delante de su cara como si fuera una máscara, entonces coreó: (voz en Off) “¡YoSoyReformaMigratoria avanza, y si no les gusta ni modo!

 

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