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1378 7 Agosto 2013

 

EN LAS NUBES
Increíble
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Increíble, en verdad, lo que nos platica el gobierno: la detección, que no detención, de 534 funcionarios públicos que han incurrido en delitos contra el erario publico, y en detrimento del ciudadano, común y corriente, también. Sólo 38 se pusieron a disposición del ministerio público, el resto (496) siguen en “observación” del Sistema  de Administración Tributaria. La mayoría prestaban, o presta, sus servicios en aduanas.

Fantástica, en verdad, la charla del gobierno. Omitir los nombres de los presuntos responsables, no acalla el clamor de que la corrupción se incrementa, robustece nuestra idea de que lo malo, lo feo sigue en todo su apogeo, y supera lo bueno, según los datos, a la breve era del joven mandatario mexicano, al menos en su primer semestre.

En semejante lapso del año 2010 se descubrieron a 133, dicen, deshonestos funcionarios. Acaso por la complicidad, como se dice, no encontraron a más. Quién hubiera cerrado la puerta de la institución gubernamental. La baba se nos cae cuando, ante tal novedad, surge otro acontecimiento: la exoneración de los delitos  que en la era de don Zedillo Ponce de León se imputó al hermano incómodo.

Casi veinte años, después de tenerlo ocho detenido,  le regresa un juez federal todo lo que “honestamente” en los seis años del mandato de su pariente menor, pudo acumular. Nada menos que 43 propiedades. Cientos, se dijo, de millones de dólares. Deja, el mismo probo togado del poder judicial, sin persecución los otros nombres que utilizaba el ex acusado, para guardar sus bien habidos bienes. Insólito todo. Borrón y cuenta nueva para quien vivió muchos años en el purgatorio.

Seguramente, como todos creen oficialmente, la noticia, la reseña, la referencia, la confidencia, el dato, la crónica, el detalle, nos hace presumir, creer, que ahora, cuando nuestro jovial jefe del ejecutivo ya libró su mal con el bisturí militar, obliga a aceptar el informe de la secretaría de Hacienda. Aplaudirla. Faltó involucrar a otras dependencias. Vaya, es un adelanto de quienes aún roban dentro de la esfera oficial, en todos los ámbitos.
Deben reconocer que funcionarios propios, incurren en actos deshonestos, no solo en torpeza, descuido, pifias, yerros, errores, equivocaciones. Que la corrupción sigue en todo su apogeo. Para que exista un fundamento digno de fe tomamos del comunicado del  servicio de tributación tributaria los siguientes datos en lo que se incurre regularmente en el sector que cobra a nuestras costillas: falsificación de documentos, cohecho (mordida), contrabando, uso de documentos falso, peculado, ejercicio indebido del servicio público.
Son delitos tipificados, no invención del contribuyente. Omiten nombres, deberían darlos para que las que han sido víctimas en aduanas, aeropuertos, y otras áreas, puedan coadyuvar, si lo consideran pertinente, en que se juzgue a quien, dentro del gobierno sigue, comete desaciertos, para no calificarlos de delitos.

Pensamos que lo anunciado por la gente del joven recién operado, en verdad, como se dice, concluya en castigo, no como hace el hermano mayor, rico, muy rico, reírse, a mandíbula batiente, de todos los que de un modo u otro, lo ayudamos, entre comillas, a  convencer al Poder Judicial que la balanza se inclina siempre en el poderoso.

Ni modo. Insistimos, todo es increíble, palabra. Hasta nosotros.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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