La tragedia vende
Hugo L. del Río

Monterrey.- La búsqueda de los cuatro muchachos desaparecidos en la Presa La Boca refleja fielmente la naturaleza del Estado mexicano. La pesquisa recién comenzó con un tantico de retraso: de los jóvenes no se sabe nada desde enero de 2008. Este es el gobierno que, dijo el Presidente Enrique Peña Nieto, “responde” a los requerimientos de la sociedad.

Por si fuera poco, la indagación, tal y como la estaban haciendo hasta el día de ayer, era una tontería. A 35 metros de profundidad y sin equipo especial, los buzos no se ven ni los dedos de la mano. Y supongo que en pose para la cámara, los diez enviados de la PGR y cuarenta manolos locales recorrían en botes de motor las aguas del embalse en busca de los desaparecidos.

Después de 68 meses, ¿esperan encontrar los despojos humanos flotando a ras de agua? Si verdaderamente quisieran localizar los restos o por lo menos alguna pista, deberían haber pedido ayuda a la Armada. Los cuerpos líquidos son el elemento natural de los hombres de mar. Ellos disponen de equipo especializado, iluminación submarina y toda esa tecnología de punta que ya no sé si asusta o entusiasma.

Pero, claro, se trata de una operación mediática.

Y los coleguitas, faltaba más, encantados de jugar el juego. La Federación, la administración (je je) estatal y el Ayuntamiento de Santiago dejaron pasar más de cinco años y medio para enterarse de la ausencia del grupo juvenil. Todo esto es un concierto de lo absurdo. Para empezar, ¿cómo se puede perder gente en una represa tan concurrida? ¿Y por qué hasta ahora reacciona la burocracia judicial de los tres niveles? Misterio impenetrable.

Pie de página

Señora de los Siete Puñales: en verdad, en verdad os digo que como México no hay dos. Ahora nos escandaliza la “revelación” de que los gringos espían a Peña Nieto. Ardiendo en santa ira, nos envolvemos en el lábaro patrio y exigimos explicaciones. Por Dios: los socios tienen siglos de espiarse unos a otros, ¿por qué nos van a hacer menos a nosotros? Hoover, el siniestro cacique del FBI, tenía filmaciones, fotos y grabaciones de presidentes de Estados Unidos en intimidad con el segundo (en algunos casos con el tercero, el cuarto y hasta el quinto) frente.

Cómo nos hace falta un poco de madurez política.