La urgente modernización del transporte en Mérida
Efraín Eric Poot Capetillo
Mérida.- Como en un cuento sin fin, administración tras administración, año tras año, los permisionarios del transporte urbano solicitan el ajuste de las tarifas del transporte de la ciudad de Mérida, y el principal argumento se basa en el encarecimiento del combustible, lo que hace legítimo el reclamo, sobre todo con la política de incremento mensual en el precio de la gasolina que implementó la pasada administración federal panista, con el fin de eliminar el alto subsidio del gobierno e igualarlo al precio vigente en el mercado norteamericano.
No hay que olvidar que éstas medidas provocaron protestas y paros del sector transportista a los que ahora no ha recurrido, pese a que el actual gobierno federal priista ha mantenido los llamados gasolinazos, que representan una fuente adicional de ingresos que les permite subsanar faltantes y lograr el anhelado déficit de 0 por ciento.
Los usuarios, que son el sujeto esencial para la existencia de este servicio, también han expresado sus razones para oponerse al alza solicitada: la baja remuneración salarial de la zona (61 pesos con 38 centavos, salario mínimo) la mala calidad del servicio, unidades en pésimo estado, falta de capacitación de los operadores, caótico trazado de rutas, improvisación de paraderos, incumplimiento de disposiciones que garanticen a las personas de la tercera edad y con capacidades diferentes el uso y gozo de este servicio público (que no hay que olvidar es concesionado) etc.
Como nos podemos dar cuenta todos los involucrados tenemos argumentos de peso para sostener nuestras posturas, sean éstas a favor o en contra del alza del precio del transporte, lo que convierte el asunto en complejo y problemático, y por supuesto, de no fácil solución.
Este año, el tema del transporte ha vuelto a resurgir con mayor fuerza en el contexto del anuncio hecho por el Ejecutivo federal de dotar a la ciudad de Mérida de un sistema de transporte público moderno, a raíz del cual el gobierno estatal ha llevado a cabo publicitados ejercicios de consulta entre usuarios, entrevistas con permisionarios y hasta actualizado viejos diagnósticos al respecto.
Hace unos días, la dirección estatal de transporte dio a conocer la inviabilidad del proyecto “Autobús de Transporte Rápido” debido a lo angosto de las calles de la ciudad, así como también la creación de una alternativa más adecuada, para lo que se tendrían que tomar en cuenta las voces de otros sectores de la sociedad. Tales declaraciones nos dejan muy claro que la solución definitiva va más allá del alza de tarifas, pues requiere una revisión y reorganización integral de todo el sistema de transporte, cualquier otra solución será mero paliativo.
El Gobierno, los usuarios y concesionarios tenemos ante nosotros en el asunto del transporte, la gran oportunidad para poner la infraestructura urbana de nuestra ciudad capital al servicio del ser humano, representa la posibilidad para que los 100 millones de pesos que se presupuestan invertir sirvan para mejorar la calidad de vida de todos los meridanos y no acaben en los bolsillos de unos cuantos.
