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1698 29 Octubre 2014

 

 

MALDITOS HIPSTERS
Booktuberos y editores: largas filas de gente rara
Luis Valdez

 

Monterrey.- En homenaje al título que Luis Jorge Boone puso a uno de sus libros, no veo otra manera de llamar a un tumulto de fans que quieren un autógrafo de los booktubers en los best sellers de temporada.

Las estrellas de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2014, firmando libros que no escribieron, pero reseñaron en youtube al punto del llanto.

Camino a buscar un rincón dónde comer, encuentro a un amigo que platica con la emocionada adolescente a un par de metro del final de la fila.

JCL: Está fila, ¿para qué es?

Adolescente: ¡Es para que me dediquen el libro!

JCL: Es de John Green. ¿A poco vino a la FIL? No lo vi en el programa...

Adolescente: ¡No! Yo a ése no lo conozco. ¡Yo vengo por los booktubers!

JCL: ¿Los…?

En eso mi amigo se asoma a la mesa que está frente al stand de una de las editoriales más fuertes de la feria. La misma que en años pasados ha traído a Fernanda Familiar y César Lozano, y ahora edita sagas de literatura juvenil. Al final de la fila hay dos personas de la organización, con los brazos cruzados. Ya en la mesa, a los costados de cinco adolescentes (tres mujeres y dos hombres) otro par de encargados de la seguridad. Los jóvenes de la mesa son estrellas.

JCL: ¡Pero si no son autores! ¡Ellos reseñan libros que otros escriben!

La emocionada adolescente parece no escucharlo. Sigue brincando para ganarle a su turno un poco de visualización mientras murmura en un éxtasis de grupi: “Alberto, Alberto”…

Dos hombres y una mujer pasan por la puerta, portando playeras negras de una agrupación de escritores de la localidad (de esas que están destinadas al pasillo 1) y uno de ellos escupe: “son unos parásitos de la literatura”, a lo que los otros dos intentan acallar sus explosivas críticas.

Es cierto: los booktubers sólo reseñan libros. Pero lo hacen de manera honesta, con la literatura que les agrada y emociona. Se pueden cuestionar los gustos personales pero sus videos caseros (que han ganado miles de seguidores) son meramente gustos personales, así como a otras personas les gustarían los libros de recetas de cocina o de oraciones religiosas.

¿Y si son famosos y tienen fans que hacen largas filas para verlos de cerca? Es un fenómeno mediático de las redes sociales que todavía dan para más, y que son publicidad para los engolosinados editores de sagas juveniles. Porque a final de cuentas ellos son los que se aprovechan: los libreros, los editores, los mercaderes a los que les da igual imprimir frases motivacionales que cuentos infantiles o soft porn, porque ellos son los que dentro de las sombras, se consideran los poderosos de la industria editorial.

 

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