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1723 3 Diciembre 2014

 

 

La caída del ángel
Eligio Coronado

 

Monterrey.- Carmen Alardín se ha ido. Hagamos de su lectura una práctica constante. Que su pensamiento nos lleve por los vericuetos de su temática y que su sentido de la estética siga tejiendo su red sobre nuestros sentidos.

En La caída del ángel*, Carmen le canta a la Ciudad de México en endecasílabos habitados por un sentimiento de intensa preocupación: “¿Desde cuándo, Ciudad, una con otra, / nos hacemos pedazos sin saberlo? / ¿Desde cuándo miserias y desdichas / se confabulan para exterminarte?” (p. 29).
Ésa es la residencia del dolor: la situación actual de la antigua Ciudad de los Palacios, su perdido esplendor, su caótico estado, la negligencia con que es tratada: “Ciudad: eres la misma que ojerosa, / miró López Velarde como patria, / solo que por ahora no eres suave, / sino una lamentable y dura patria / que devora a sus hijos y los lanza / (…) / a pelear por los votos y lo panes” (p. 34).

Carmen conoce bien su ciudad, desde sus orígenes hasta nuestros días, y por eso se exalta y entristece: “Todos los días te derramas, creces, / te encuentras hacia dentro y hacia / afuera, / sin saber lo que quieres encontrar” (p. 22), “¿Quién te clavó en un círculo de dudas / para que no encontraras el camino / que te marcaron tus antepasados” (p. 18).

Pero Carmen no olvida celebrar los prodigios que todavía sobreviven, a pesar del descuido y el desdén: “Eres hombre y mujer, Tenochtitlán, / que enciendes la esperanza y que iluminas / con rodajas de pan la madrugada” y enseguida reitera que: “Todos los días un azul de lumbre / te ha pintado la aurora en las ventanas” (p. 21).

Estos cantos de orientación social también circunnavegan por territorios líricos donde su pluma es más felizmente alardiniana: “Vestir un bosque debe ser difícil / para la más experta primavera” (p. 16), “Pájaros de ciudad buscando un árbol / y una tristeza que no tenga dueño, / ni se diluya fácilmente en llanto” (p. 28 y 41), “Hay quienes llevan la ciudad a cuestas / como un costal en el que cargan todas / las casas que habitaron o las calles / de las que no recuerdan ni su nombre” (p. 36).

¿Y qué destino prefigura Carmen (Tampico, Tamps., 1933-Ciudad de México, 2014) para la capital mexicana?: “Agua fuiste y serás agua mañana. / Seremos todos agua entre tus calles” (p. 50), “A través del hundimiento la ciudad / va buscando sus númenes de agua, / va buscando su origen y sus fuentes / y encontrando sus bodas con la historia” (p. 51 y 40).

* Carmen Alardín. La caída del ángel. Monterrey, N.L.: Edit. UANL, 2014. 51 pp.

 

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