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1895 31 Julio 2015

 

 

MUROS Y PUENTES
‘Gracias por estar ahí’
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Con su más reciente puntada el excéntrico Donald Trump se mantiene en la desmesura, agita por igual a sus correligionarios republicanos y a sus opositores demócratas.

Sus “colegas” de causa (la búsqueda de la nominación) no pueden eludir sus excesos verbales y a los representantes del Partido Demócrata los mantiene atareados -pero también de plácemes- contestando sus ocurrencias con boletines y declaraciones.

Así las cosas Trump viene dictando el son de las campañas, será sin duda interesante atestiguar el desarrollo del debate en Fox TV el 6 de agosto, promete un show por lo menos agitado.

El tipo rompe con todo lo esperado en un candidato, a la corrección política la atropella con su lenguaje sin pelos, a la visión clara y sobria la enturbia con descabelladas propuestas, su seriedad es como una payasada. La más reciente puntada, decía, lo mantiene en una popularidad cada vez más siniestra, dado que quienes lo aplauden son los más impensados ultras, los de la galería, los de a pie o sea las bases del partido, los cuadros -súper conservadores entre los republicanos- que votan y apoyan... hasta hoy presenciábamos esas posturas radicales de la derecha en sus candidatos y en sus líderes legisladores, con Trump acudimos al destape del electorado más conservador del Partido Republicano, es decir, el colectivo de sus miembros que han dado un paso al frente para aplaudir al magnate y, si es necesario, cargarlo en hombros.

La nueva puntada es el despliegue de su “plan” migratorio, en el que implica la (imposible) deportación masiva de 11 millones de inmigrantes indocumentados; ya veremos en las próximas horas cómo todo eso es catalogado de risa loca, o sea, lo único que puede proceder junto con todo tipo de exclamaciones y sin duda lo que él espera (no puede ser tan ingenuo).

Pero dejemos a Trump ahí, con sus ademanes, dichos, gestos y puntadas. Veámoslo más allá de los graciosos números de estos días. Anticipemos lo que con plena congruencia se viene. Luego de los fuegos artificiales de los debates, acaso luego de los del inminente primer debate, pues yo no creo que llegue hasta la convención (acto en que se hará la nominación) se verá este escenario: La jerarquía del Partido Republicano, si bien extremistas (piénsese en el Tea Party) no comen lumbre, en un momento dado le hará saber a Trump que no tiene posibilidades reales de ser el nominado, y si se queda hasta la convención pues será entonces cuando se convenza que no será él el nominado (por obvias razones para nosotros). Entonces Trump hará lo que temen, seguirá por la libre, es decir, correrá como independiente -el capricho de “disputar” la Casa Blanca ya nadie se lo quita- y pasará lo que sus hoy correligionarios quisieran evitar: descarrilará las posibilidades que pudieran tener ante Hillary Clinton, la demócrata que al parecer ganará las primarias de su partido.

Sin todo ese entretenido prolegómeno, le diré que recientemente la agencia internacional de noticias Reuters y la firma global de sondeos Ipsos midieron tal -hoy hipotética- confrontación. Clinton salió ganando con un 37 por ciento y Trump (como independiente), con Jeb Bush enfrente (Bush es el republicano que hoy por hoy ha sido rezagado por Trump, y el que mayores posibilidades tiene de ser el nominado) se quedaron con un virtual empate, detrás de Clinton, con un 23 por ciento de los votos cada uno.

Así pues, ya no lo rechacemos, démosle nuestra más cordial bienvenida, todo indica que podremos decir “gracias Donald Trump por ser como eres, por estar ahí”.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth Texas. Para comentarios: Twitter: @laestrelladfw o E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com.

 

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