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1895 31 Julio 2015

 

 

Ah, qué bronco
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- The New York Times destapó ayer la asociación entre Peña Nieto y el grupo Higa, que se llevará la tajada grande de Monterrey VI. Tú sabrás cómo le haces, pero de que me construyes el acueducto, me lo construyes. Traducido al lenguaje coloquial, ése es el mensaje que le dirigió Peña Nieto a Rodríguez Calderón.

Lo de “replantear” Monterrey VI viene a ser algo así como el camuflaje que disimula al arma mortal apuntada contra Nuevo León. Ah, qué bronco. ¿Acaso no sabía que, antes que lo insinuara el rotativo neoyorquino ya lo sabían los perros del mal?  La magna obra de conducción de agua es un negocio personal del Presidente de México en contubernio con Higa, una asociación que ya ha causado muchos escándalos en todo el mundo.

Y ahora, ¿qué va a hacer el gobernador electo? En teoría, le puede decir que no al jefe de Estado. En la vida real se pagaría un precio muy alto. La Constitución dice que a México lo rige un sistema federalista. Falso. Alguno de los constructores del México de la tercera década del siglo pasado leyó a Fray Servando y se le grabó aquella parte de la profecía en la que el nuevoleonés clamaba por organizar a México sin caer en el federalismo ni en el centralismo. Atendieron al increíble sacerdote y la fórmula funcionó durante muchos años. La nación sigue siendo un híbrido. Y queda  mucho de centralismo.

Peña Nieto dispone de muchos recursos para destruir la carrera política de Jaime Heliodoro –eso sería lo de menos– y para arruinar a Nuevo León, lo cual sería lo de más. El de Galeana tendrá que volver a comerse sus palabras, si bien en este caso particular entiendo que no puede hacer otra cosa. El mexiquense tiene pasta de dictador iberoamericano. Manda –ese es el verbo adecuado– a Rodríguez Calderón a que vaya a la Secretaría de Hacienda a mendigar unos centavos. Vaya papelón.

El sexenio que empieza dentro de unas semanas amenaza a Nuevo León con el desastre: quizás una catástrofe peor que la docena trágica de Natividad y Rodrigo. Los nuevoleoneses comienzan a burlarse del ex edil de García. Y lo peor que le puede ocurrir a un hombre público es quedar sepultado bajo un alud de carcajadas. Pero, ¿qué podemos hacer si el propio Jaime Heliodoro está cavando su tumba? Ya se desdijo en lo de la tenencia. Pronto nos negará el derecho de revocación de mandato, la transparencia y la lucha a muerte –je je– contra la corrupción.

Los votantes cometieron la pifia del milenio y todos pagaremos los platos rotos. Es imposible tomar en serio a un Rodríguez Calderón quien dice: “no puedo hablar por hablar y decir que las cosas se van a hacer mañana”. Pos no. 

hugo1857@outlook.com

 

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