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1898 5 Agosto 2015

 

 

Tigres contra Rayados, falso dilema
Horacio Flores

 

Monterrey.- Se ha desatado en redes sociales una falsa discusión respecto del nuevo estadio de Femsa. Falsa porque pareciera que se trata de una confrontación contra un equipo de futbol.

Se olvida entre otras cosas, que ambos equipos son manejados por la misma empresa: Femsa.

Es decir, podrán sus aficiones ser todo lo rivales que quieran, pero su dinero va a dar a la misma bolsa.

La verdad, la discusión está muy lejos de ser una animadversión contra un equipo de futbol; se inscribe en el capítulo de la lucha por la conservación del medio ambiente.

De manera muy ligera se intenta descalificar las críticas de los ambientalistas. Se les responsabiliza del desastre ecológico que se vive en la zona metropolitana de Monterrey. Se dice que nunca habían mostrado preocupación por el tema ambiental o por los animales que son maltratados en el zoológico de la Pastora y les parece por  lo menos sospechoso (se lo atribuyen a un complot Tigre), que se alce la voz tan tardíamente, según su apreciación. Para ellos se trata de un boicot al equipo de sus amores.  

Quienes hablan, lo hacen como si fueran dueños del estadio, o si algo les fuera a tocar de eso. Es increíble que el fanatismo por los equipos profesionales que hay en la ciudad le impida a las personas lo mismo a los simpatizantes de Tigres como a los del Monterrey, ver el fondo del problema.

Los Tigres todavía no se enteran que el equipo antes representativo de la Universidad, hoy solamente lleva el nombre, pues las autoridades universitarias le cedieron hace mucho tiempo a Femsa los derechos del equipo, sin nada a cambio.

Nadie entonces, salvo algunas voces (me cuento entre ellos), protestaron por el despojo que se hacía a la Universidad. Sin que mediara beneficio alguno para la máxima casa de estudios, Femsa se quedó con los activos del equipo, por ejemplo, el equipo contaba en propiedad con las cartas de varios jugadores (como parte de sus activos); ¿alguien sabe qué pasó con ellas? Eso era dinero en efectivo –de la Universidad, por cierto– y a nadie importó que se "regalaran" con la mayor de las impunidades.

La empresa, desde que asumió el control del equipo, hasta donde se sabe, solamente ha aportado 10 millones de pesos a la Universidad, e incumplió con el compromiso de remodelar el inmueble y ahora la Universidad hasta les tiene que pedir permiso para usar su propio estadio.

Por otro lado, los seguidores de Rayados, ahora se tiran en contra de quienes en su oportunidad hemos protestado contra la depredación que se viene dando en el Estado y particularmente en la zona Metropolitana de Monterrey, específicamente en las inmediaciones de La Pastora. En su inventario no existe antecedente de las quejas que los ambientalistas y algunos ciudadanos preocupados por la ciudad, hemos alzado contra las pedreras o la contaminación de los ríos La Silla, Pesquería, Santa Catarina y San Juan, igual que la depredación de Chipinque y en general de la Sierra Madre, por ejemplo.

Al Estado y en especial a su zona metropolitana, lo están despedazando, pero la gente está muy ocupada enajenándose con el futbol, como si algo les quedara de lo que hace la empresa que maneja a los dos equipos locales.

Son los mismos que le han robado a la Universidad, y ahora le han causado un irreparable daño al medio ambiente.

A Femsa poco le importa la afición. Lo que le interesa es el consumo que puedan generar para incrementar sus ganancias.

Y mientras los aficionados se enfrentan entre sí, los que administran la enajenación y los niveles de alcohol, ni se despeinan, siguen abusando de la estupidez que produce el fanatismo.

Y en este caso es uno y el mismo. Esa empresa, que se ha caracterizado por  contaminar los ríos,  apropiarse del agua y que se benefician de las quitas de impuestos.

Pero de qué preocuparse, hay estadio nuevo, la Universidad ya ni equipo tiene, pero a quién le importa. Lo importante es gritar: ¡queremos la copa!

 

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