DISPARATES
Bronco Habemus
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- En unas cuantas horas será gobernador de Nuevo León Jaime Heliodoro Rodríguez. Concluyó el trimestre donde disfrutó la miel de una victoria, en cierta medida inesperada.

Fue estrella del espectáculo por 15 minutos, se acabó el momento cuchi cuchi y empieza el de la verdad.

Nuevo León inicia un periodo inédito, con un gobernador que llega sin patrocinio partidista. Durante la Revolución de 1910, varios jefes militares como Felipe Ángeles y Raúl Madero, tomaron la plaza a caballo y asumieron la gubernatura;  otros civiles ocuparon interinatos por instancia   judicial, pero la mayoría ascendieron vía partidos políticos, así fueran formados al vapor.

Desde 1929 hasta 2015, todos llegaron con el cobijo del PRI, salvo el gris y fugaz sexenio panista de Fernando Canales Clariond y Fernando Elizondo, de 1997 a 2003.

Empieza la aventura, pronto se conocerán los primeros nombramientos de su equipo, develando si en realidad habrá gubernatura bicéfala, con Fernando Elizondo.

Habrá un tutifruti de opiniones de desencanto, sobre todo de quienes no alcanzaron nada.

Otra expectativa rodeada de morbo es si demanda penalmente a Rodrigo  Medina, quien aprovechó hasta el último minuto para pagar compromisos políticos. Se antoja difícil, Jaime solo considera hasta ahora, como enemigas declaradas, a las televisoras locales.

Además, el PRI Gobierno lo trata como uno de los suyos, mientras no pretenda salirse del huacal y romper la omerta mafiosa.

Parece que todo quede en borrón y cuenta nueva.  
La única ganancia fue que Nuevo León no cayó en las garras del continuismo, con Ivonne Álvarez, o de los carroñeros del panismo local.

De cualquier modo, buena parte de la ciudadanía espera cambios, así sean mínimos, pero está por verse si seguirá en actitud de reclamo, o si considera que con haber emitido su voto ya cumplió  su deber.

A ver qué purrum.

a_hugo16@hotmail.com