Candidaturas independientes en Hidalgo
Pablo Vargas González
Pachuca.- Se ha publicado ya la convocatoria para las y los candidatos independientes en el Estado de Hidalgo; con ello se incrementan los ímpetus por participar en la elección del próximo mes de junio de 2016.
Fecha en que por primera vez concurrirán comicios de gobernador, diputados locales y las 84 alcaldías. En varios municipios ya empiezan las movilizaciones, sin que nadie las contenga.
A pesar de que gobierno y partidocracia local impusieron “candados” y restricciones a que por primera vez los hidalguenses pudieran ejercer el derecho de ser votados, es decir, ser candidatos, sin ser postulados por partidos políticos, se están alentando iniciativas de diferentes ámbitos y frentes para postular candidaturas a los distintos cargos de representación.
Hay dos razones fundamentales para observar este ánimo civil y ciudadano en Hidalgo. Por una parte, un desencanto hacía los partidos políticos que viene desde hace años; no es reciente y tampoco solo local sino que parte de un desánimo general hacía las figuras políticas en el país; puede verse las encuestas de opinión y el “Informe País” sobre construcción de ciudadanía (IFE-INE), donde los valores políticos han caído peligrosamente, que muestran un alejamiento y desapego de gobernantes con gobernados.
La segunda razón, eminentemente local, son los cuatro años de gobierno municipal, donde los alcaldes perdieron la gran oportunidad de estrechar la mano con los ciudadanos, y en cambio se dedicaron a desgobernar en la gran mayoría de los 84 municipios, y a generar un airado descontento ciudadano por las promesas incumplidas. Como botón de muestra, el último informe de gobierno municipal donde se presentaron decenas de protestas municipales.
Sin duda que la gran oportunidad se presenta en los 84 municipios, más que en la disputa por la gubernatura y en las diputaciones al Congreso Local, aunque tampoco se deben descartar. La historia política de Hidalgo nos enseña que la transición democratizadora, más que por los partidos políticos, se ha generado por las organizaciones, comunidades y pueblos desde abajo, es decir, desde los municipios.
Cuando empezó la transición política en México e Hidalgo, en 1977, los partidos de oposición ni existían, salvo núcleos del PAN, del PCM y del PST; dominaba una hegemonía absoluta que muy poco fue perdiendo espacios municipales, pero que aún sigue tan campante, con los viejos estilos de gobernar.
Con las reformas electorales, sobre todo las de carácter constitucional, paulatinamente fueron incidiendo en la pluralización de espacios y apertura de normas, pero siempre bajo el control férreo del partido hegemónico en el gobierno. A tal grado que Hidalgo sigue siendo un bastión donde no se conoce la alternancia, y estamos a unos años de que se cumpla un siglo, gobernados con la misma forma de poder.
La nueva legislación y la presencia de partidos políticos abrieron la posibilidad de que el registro de candidatos ya no fuera a través del PRI. Fue en los municipios donde se dieron los impulsos ciudadanos por buscar otras formas de gobierno. En 1984, por primera vez hubo un municipio de oposición; en 1990, el PRI solo ganó en 76 municipios; y en 2002, en su peor crisis, solo tenía 38 municipios en su poder.
Todo ello fue porque en los municipios se fueron cansando de las imposiciones y “dedazos” de candidatos impopulares. La manera como se produjeron las insurgencias en los municipios fue la organización previa de grupos, el rechazo a candidatos impopulares de partidos, la organización de frentes municipales que impulsaron candidatos, inclusive en partidos de oposición que los llevaron al triunfo electoral.
Hoy en el estado de Hidalgo hay una oportunidad para la sociedad civil, para las organizaciones de base comunitaria, de presentar candidatos ciudadanos; el contexto jurídico actual permite que si los partidos pretenden realizar imposiciones, las comunidades y pueblos pueden preparar desde ahora candidaturas independientes.
Es tiempo de organizarse y buscar perfiles solidarios con la sociedad, para postular candidatos/as enteramente comprometidos con las necesidades sociales y la apertura democrática.
