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1948 14 Octubre 2015

 

 

¿Para leer aquí o para llevar?
Eligio Coronado

 

Monterrey.- El placer de narrar es previo al placer de crear. Uno comienza a construir historias espoleado por el gusto de contar y, aunque no todas las historias fructifican, uno lo sigue intentando.

La perseverancia hace que algunas tramas sobrevivan en el mar de tinta en que las edificamos y es allí cuando empieza la creación.

El siguiente paso es mantener la naturalidad para que la narración no se hunda en lo inverosímil. En ¿Para leer aquí o para llevar?*, siete jóvenes demuestran la capacidad creativa que los llevó a ganar el 2º. Concurso de Minicuento Resortera, convocado este año por ese Colectivo homónimo regiomontano.

En él encontramos tiempos que retroceden en lugar de avanzar (“Cristal roto” de Martín Pedraza, 1er. Lugar), accidentes con tijeras que se repiten entre miembros de una misma familia (“La llamada a las doce”, de Jesús Emilio Jurado Martínez, 2º. Lugar), padres muertos que esperan el regreso de su hijo vivo (“Volver para partir”, de Wilberth Sulub Marín, 3er. Lugar), bebés que nacen con la deformidad de no ser telépatas como los demás (“Un nacimiento paranormal”, de Raúl Arturo Hernández González, mención), amores imposibles por cuestiones religiosas (“Intifada”, de Claudia Ortiz Murguía, mención), hombres que tratan de fertilizar el desierto (“El justo destino de los tontos”, de Alejandro Iván Navarro Villarreal, mención) y hombres enfermos que alucinan con mujeres hermosas (“La enfermedad del sueño”, de Eduardo Islas Coronel, mención).

Los tres minicuentos ganadores  tienen la extensión exacta, el tamaño preciso para desarrollarse sin desbordarse en lo absurdo o tedioso. Sus historias están diseñadas para concluir en el punto final que les han decretado sus autores. Tratar de ampliarlos afectaría su naturaleza y credibilidad.

En cambio, las cuatro menciones honoríficas se sienten un poco restringidas por el espacio o limitadas por los requisitos de la convocatoria. Hay en ellas aspecto que podrían crecer por la vía de la explicación o reforzando su estructura a base de explorar opciones argumentales.

Dicho de otro modo: “Un nacimiento paranormal” concluye cuando apenas se está investigando al fenómeno recién nacido, “Intifada” termina cuando el enamorado se resigna a no conquistar a su amada, a pesar de que seguirá viéndola todos los días, “El justo destino de los tontos” cierra con las escépticas reflexiones de uno de los protagonistas y “La enfermedad del sueño” acaba sin especificar la relación entre los dos enfermos del sueño, separados entre sí por veintidós siglos.

Hubiera sido bueno saber qué arrojaron las investigaciones en el caso del bebé deforme o que el enamorado diera el siguiente paso en “Intifada”, o que en “El justo destino de los tontos” el hombre venciera al desierto y que los dos protagonistas del cuento del sueño no quedaran sueltos en la historia.

 

*Varios autores. ¿Para leer aquí o para llevar? Monterrey, N.L.: Edit. Poetazos, 2015. 30 pp. (Serie: 2º. Concurso de Minicuento Resortera.) (Libro de bolsillo: 10.5 x 7 cms.)

 

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