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1948 14 Octubre 2015

 

 

Un lugar llamado aborto
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- El aborto es un punto ubicado en la negación, en las fronteras del silencio. El sitio tiene dos entradas, una sola salida. Una puerta permite la interrupción del embarazo de manera legal y segura. La otra entrada lo posibilita sólo de manera clandestina, criminal.

La única salida es la voluntad libre e informada de las mujeres en el manejo responsable de su reproductividad.

En NL, como en la mayoría de los estados del país, la ciudadanía toca a la única puerta a su alcance, al portal más siniestro, el cual conduce a situaciones de gravísimo peligro. Los riesgos del aborto ilegal no desaniman a quienes necesitan cruzar ese umbral. Se juegan la libertad y la vida, padecen las consecuencias de la hipocresía y la cerrazón ideológica. Las secuelas sociales de este proceder malsano las pagamos todos.

El Telediario del canal 12 de Monterrey ha difundido una investigación sobre la venta solapada de Cytotec, un medicamento destinado originalmente para el tratamiento de úlceras gástricas. Cuando es administrado por vía vaginal puede provocar la expulsión del producto del embarazo.

El medicamento, nos alertan, se oferta en internet y las redes anónimas sin ninguna prescripción, cero regulación sanitaria, nulo acompañamiento,  ausencia de consejería y apoyo psicológico. La red subrepticia de mercaderes sin escrúpulos no cuenta con ningún tipo de capacitación médica, legal o psicológica. Su afán de lucro conduce a la clientela al matadero.

El mercado negro y su infame servicio en torno a prácticas y sustancias abortivas prohibidas florece allí donde faltan políticas estatales más humanas y donde campea el disimulo. La cobardía institucional, la doble moral y la condición subalterna de las mujeres fortalece a la sociedades machistas. La nuestra es un ejemplo deshonroso. Las mujeres ricas entran por la puerta del aborto terapéutico, las pobres por la entrada del aborto patológico. El aborto es un terreno en disputa, un abismo que exhibe la brutal desigualdad económica de nuestra sociedad.

Los reportajes del 12 son un excelente ejemplo de un periodismo que juega con cartas marcadas. Nada dicen de las causas que originan el desastre, no denuncian la carencia de una legislación más justa para ampliar las causales del aborto, ni exhiben al poder cómplice y omiso. Ojalá lo hagan.

El gobierno independiente de Jaime Rodríguez Calderón lleva muy poco tiempo al mando. El Bronco arrastra tras de sí escándalos de violencia de género. El mismo gobernador alimenta su mala fama al descuidar su lenguaje y soltar puntadas sexistas, homofóbicas y misóginas, inapropiadas en un político que conduce a un estado que se quiere moderno, plural e incluyente.

El interés del Telediario al denunciar la anomalía médica y jurídica del aborto por Cytotec es una estrategia manipuladora, politiquería conservadora que deja ver las intenciones de las minorías ultras que quieren recuperar territorio a través del miedo. Desafían al ejecutivo en su propio discurso deficitario en materia de igualdad y equidad de género.

Una mano oportunista ya agita las aguas de la plaza pública para imponer su ideología de corte absolutista. Sabe que su batalla cultural está perdida, por eso criminaliza una y otra vez a las víctimas de la tragedia, las espanta con lujo de escándalo, las arroja al infierno de la culpa moral.

La agenda pro-vida no ilumina el camino de la salud sexual y reproductiva de la población, no le interesa su educación, jamás acepta matizar sus posiciones fundamentalistas, no abandona su ánimo punitivo, combate todos los acuerdos signados por el gobierno federal en el concierto mundial, no descansa hasta revertir los derechos logrados que buscan una vida libre de violencia y de la opresión reproductiva. Quiere el control absoluto del cuerpo de las mujeres, el lugar donde ocurre el drama del aborto. Una encrucijada sin salida.

 

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