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1948 14 Octubre 2015

 

 

DISPARATES
De niños desaparecidos  
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- Ricardo Monreal es un ave de las tempestades. Recién asumió la jefatura de la delegación Cuauhtémoc y ya está en la polémica.

Ayer martes, un desconocido, entregó a su secretaria millón y medio de pesos en su oficina, prometiendo regresar al tercer día. Fue la secuela de los mensajes escritos con amenazas de muerte. “Mejor cuide al chamaco”, concluía uno de ellos.

No se refiere a su hijo o nieto. Una leyenda chilanga alude a la colecta que se hace entre comerciantes ambulantes y dueños de giros negros, que se entrega al jefe de cada delegación, para su uso personal.

Monreal juró no ser corrupto; y devolver los billetes al mensajero –si regresa–, o a la procuraduría capitalina. Esto último será lo que suceda.

En Monterrey circuló hace años una leyenda urbana sobre lo mismo. Antes del huracán Álex, se asentaba en el lecho del río Santa Catarina la Pulga Independencia, con miles de comerciantes instalados cada fin de semana.

Un día, hablaron con dos o tres líderes, individuos que se identificaron como Zetas. Explicaban que en adelante ellos iban a protegerlos de las extorsiones de inspectores gubernamentales, centrales obreras como la CROC, CTM o CNOP.

Los comerciantes empezaron a pedir la cuota a sus agremiados, pero no faltó un inconforme que hizo denuncia anónima a los soldados. Los recolectores fueron apresados junto con lo acumulado, por decir una cifra: 500 mil pesos.       

El Ejército remitió el caso, con 400 mil, a la autoridad federal, quien consideró que correspondía a un juez local tratar el caso, y trasladó el expediente, ahora con 250 mil. La papa caliente continuó pasando a diferentes instancias. Al último se esfumó la billetiza. Por no haber cuerpo del delito ni acusadores, se cerró el proceso.

¡San Cuilmas ampare a Monreal, y no le birlen el escuincle!

 a_hugo16@hotmail.com

 

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