Hora de negociar con Kia
Hugo L. del Río

Monterrey.- Según la conjunción de los astros –y supongo que el humor con que amaneció su caballo– Rodríguez Calderón algunos días parece que ya entendió que hace rato terminó la campaña electoral. Ya nos da algunas de cal, aunque siguen siendo más las de arena. Eso de una segunda revolución es una puerilidad.

Pero, convengamos que el gobernador cumple a cabalidad su responsabilidad cuando llama a cuentas a los sudcoreanos de KIA. Todavía no somos territorio colonial resignado a que se lo repartan las élites de la globalización. Naturalmente que KIA fue uno de los grandes latrocinios de la familia Medina. Vaya manera de atraer la inversión foránea. Poco les faltó a los ejidatarios de Mina para invitar a los de Seúl a instalar sus oficinas en el palacio de cantera.

La gente del Bronco escogió el momento preciso para llamar a los coreanos del Sur a hacer una rendición de cuentas. Entiendo que el primer auto ya está armado y sólo falta que lo alimenten con gasolina y aceites. KIA no va a perder los millones y millones de dólares que ha derramado en Pesquería.

Pero tampoco nos conviene que este gigante asiático acuse a Nuevo León de incumplir contratos con firmas, sellos y todo eso. Una campaña de esa naturaleza alejaría de nuestra tierra a los  capitalistas extranjeros precisamente cuando estamos en la orilla de la bancarrota. ¿La solución? Negociar. Ya el broncoequipo probó que puede y sabe hacerlo. Será necesario, para los sudcoreanos y para nosotros, aceptar concesiones que no resultarán gratas.

Los negociadores de ambos bandos tendrán que comer sapos, como dicen los italianos. Pero ésa es la esencia de la política. Hay que aceptar que KIA firmó un acuerdo con el gobierno de Nuevo León, no con la familia Medina. Pero, ellos también deberán reconocer que lo único que no les dio el anterior Ejecutivo fue el Cerro de la Silla. Y eso porque, viéndolo bien, para qué les sirve a los coreanos del Sur.

Habrá que devanarse los sesos en busca de un entendimiento. Ya no se trata de ganar más, sino de perder menos. Lo único que le ruego al Gran Arquitecto del Universo es que Jaime Heliodoro no participe en la ronda de pláticas.

Pie de página
Leo a mi amado Voltaire: “el número de los que piensan es excesivamente pequeño”; y concluyo que el procurador Roberto Flores no forma parte de esta minoría. De entrada, los masones no hacemos proselitismo ni buscamos imponer a los demás nuestras creencias, símbolos o rituales. A mí no me hace gracia vincular a la Logia con algo tan sucio y siniestro como la Procuraduría. Lo nuestro son la solidaridad y el conocimiento; lo de la Procu son la tortura, el secuestro, el latrocinio, en no pocos casos el asesinato y, desde tiempo inmemorial, la colusión con el hampa. No sé qué compromisos tenga el Bronco con Flores, pero sí sé que, en todo caso, son o deberían ser más importantes sus obligaciones con los nuevoleoneses. Cómo va a ser titular de la PGJE un hombre con cerebro anémico

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