Narcos europeos
Eloy Garza González
Monterrey.- Europa ve con condescendencia a América Latina y en especial a México en materia de narcotráfico.
Se olvidan los europeos que el equivalente de los Zetas allá es la ’Ndrangheta, con sede en Calabria, al sur de Italia, pero con ramificaciones en Alemania, España y otros países. A su lado, la mafia siciliana,tan mitificada por películas como El Padrino, palidece como un pariente miserable y medio ingenuo.
80 por ciento de la heroína y cocaína que entra al Viejo Continente lo hace por el viejo puerto de Gioia Tauro, una especie de puerto de Veracruz, dominada por la ’Ndrangheta. Las ganancias derivadas del narcotráfico europeo se estiman alrededor de 50 mil millones de dólares anuales, casi 4 por ciento del PIB de Italia. Este fenómeno es una especie de déjà vu para los mexicanos. Sentimos que sus implicaciones también las hemos sufrido nosotros.
La respuesta de los países europeos en contra del crimen organizado, y en especial de la 'Ndrangheta, es la burocratización de una guerra perdida de antemano. Las instituciones policiacas y de espionaje se desgranan como mazorcas: la Direzione Antidroga italiana, así como la Interpol, el Einsatzgruppe suizo, el BND alemán, la Sûreté francesa, la Algemene Directie Bestuurlijke Politie belga y el Cuerpo Nacional de Policía español. Todas ellas burocracias complejas y enrevesadas para librar batallas y simular que se emprende una guerra.
Mientras, los criminales de Calabria, al sur de Italia, fijan moda y son modelos a seguir por las nuevas generaciones. Suelen usar traje Armani, zapatos Bruno Magli y camisas de seda sin corbata. Son más finos que sus colegas mexicanos.
La cocaína que no entra en Europa a través de Gioia Tauro lo hace por España, sobre todo por los pueblos pesqueros de la costa gallega, pero ahora lo hacen abiertamente, a plena luz del día, por el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
España es el mayor mercado de estupefacientes; presenta el mayor índice de consumo de cocaína de Europa. La mayor parte llega de México y el resto de Colombia. De esos productos la mafia gallega, Os Caneos, se queda con la mitad del envío y lo vende en el país a cambio de que la otra mitad se distribuya al resto del continente. La droga es un fenómeno global y ningún país del mundo está ya exento de su influencia perniciosa.
