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1983 2 Diciembre 2015

 

 

Arturo Escobar, ¿a la cárcel?
Samuel Schmidt

 

Ciudad Juárez.- Sorprende la defensa que hace el PRI de Arturo Escobar, porque reclaman falta de debido proceso. Entiendo como Debido Proceso a la posibilidad que debe tener un acusado para defenderse de una acusación, y no parece ser el caso, según declara el fiscal.

Claro que si alguien pregunta si les creemos, la respuesta posiblemente sea que no le creemos a ninguno.

El señor Escobar llegó a la subsecretaría de gobernación con la oposición y quejas de diversos grupos de la sociedad civil, y ahora sale justamente acusado de las violaciones enderezadas contra su partido que violó la ley sistemáticamente; ahora hay una petición de orden de arresto que confronta a las autoridades electorales (INE y TRIFE) que vieron con ligereza (¿y tolerancia?) las acusaciones de compra de voto y violación sistemática de la ley por parte del Partido Verde, del que Escobar es líder y operador de las violaciones a la ley.

La versión más socorrida sobre la caída del funcionario es que fue una maniobra del Partido Acción Nacional, el que en base a las cuotas de poder, controla la FEPADE, y por eso tuvo la posibilidad de continuar una investigación que fue filtrada a los medios para que el gobierno no pudiera frenarla.

La intención parece ser afectar la alianza PRI-Verde a la luz de las elecciones del 2016, y posiblemente sirva para mostrar la verdadera naturaleza de esa alianza política: un manejo ilegal sistemático para lograr el poder y ya logrado éste, avanzar la asociación para ampliar el uso de recursos a favor de manipular las próximas elecciones.

Premisa que puede no funcionar porque se ha probado que la sociedad es corta de memoria y las elecciones del 2016, se manejarán una vez más como elecciones de Estado, o sea que para ganar se usarán recursos públicos y la manipulación de la sociedad.

Al parecer la maniobra del PAN tomó desprevenido al gobierno y no pudieron hacer nada para frenar sus efectos políticos, así que para controlar los daños aceptaron –o forzaron- la renuncia. ¿Afecta eso en algo la alianza? No.

Al despedido, seguramente le encontrarán alguna ocupación para que no se afecten sus intereses económicos.

El caso servirá para mostrar que el caso es estructural. Se ha reconocido que uno de los problemas estructurales del México actual es la carencia del Estado de Derecho. Las leyes son pisoteadas sistemáticamente y menciono leyes en plural.

Desde la Suprema Corte el manejo de la ley está distorsionado. Los magistrados legislan y manejan diversos estándares para calificar el mismo problema. Bajando en el sistema, encontramos que nada garantiza que los otros niveles del poder judicial funcionen. Aunque hay casos aislados donde se castiga a algún juez ya sea por corrupción o malos manejos, la realidad muestra que muchos jueces se coluden con criminales, responden a criterios políticos y actúan bajo consignas políticas.

Esto se complica con un ministerio público que con frecuencia integra mal los casos para que se caigan. Como me decía un abogado: si el juez recibe mierda, produce mierda.

La ley se maneja al contentillo. Las instancias encargadas de vigilar su cumplimiento muestran laxitud selectiva y el colmo de la mala suerte, es que a alguien le apliquen la ley rigurosamente. Ya he concluido antes que en un país donde la ley se viola sistemáticamente, los acusados son perseguidos políticos.

Y es justo en base a este tipo de manejo del sistema que el PRI vocifera para defender a su aliado. No encontramos y posiblemente no encontremos, que en la corte ambas partes presenten sus posturas: el Estado sustentando la culpabilidad y el defendido su inocencia. Con Escobar como siempre, las cosas se litigan en los medios y las presiones se ejercen tras bambalinas.

Me decía un periodista, a final de cuentas las acusaciones no son graves, y al final no pasará nada. Y me temo que tiene razón.

Escobar será uno más de los casos de impunidad que campean en el país. El mensaje que recibiremos es que se puede violar la ley, se le puede arrebatar elecciones a la sociedad, o se puede medrar con el hambre para inclinar la acción política ciudadana.

Los politólogos seguramente concluirán que esas elecciones no son legítimas. Pero el sistema político mexicano está inundado de ilegitimidades y al final, la nave va.

Escobar, el Partido Verde y su asociación con el PRI, son una muestra de la burla política que hoy sufrimos, pero también son una muestra de los extremos a los que están dispuestos a cambio de no soltar el poder y con este los beneficios personales, de los cuales muchos son pecuniarios.

 

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