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15 Agosto 2011
 


EL CRISTALAZO
De poetas y falsos nacionalistas
Rafael Cardona

Ciudad de México.- De pronto parece aparecer ante nuestros sorprendidos ojos el talismán de la justicia, la fórmula para el respeto y el resarcimiento de los daños; el camino para ser tomado en cuenta, el secreto del respeto del poder hacia el ciudadano: la poesía, ¡estúpidos!

Las etiquetas de la prensa y los clichés con cuya invocación se explica todo lo demás sin necesidad de observaciones ni análisis posteriores, ya divide al país en inmutables categorías inmutables y predeterminadas.

Narcos y sicarios contra “autoridades” locales o federales y en medio los ciudadanos y por encima de todos ellos, los poetas quienes por lo visto y quizá sin quererlo, nos miran desde el magnífico trono de sus versos complacidos por el trato diferente y deferente con el cual se les obsequia paso a paso.

“¡Por tus poetas, grandísima ciudad!, por ellos y su enfadosa

Categoría de descastados,

Por sus flojas virtudes de ocho sonetos diarios,

Por sus lamentos al crepúsculo y a la soledad interminable,

Por sus excesos histéricos de prometeos sin sexo

o estatuas del sollozo, por su ritmo de asnos en busca de una

flauta.”

Pero no son exactos en los tiempos actuales esos versos del gran Efraín Huerta, ahora cuando la poesía se sienta en la mesa del poder y preside con sus suaves ritmos (entre remolona y halagada) los momentos previos al dicterio, la reclamación o la condena.

En los últimos cinco años la Comisión Nacional de los Derechos Humanos recibió tres mil quejas por allanamientos ilegales en la confusa guerra contra el crimen organizado, la delincuencia, el narcotráfico y todas las demás fuerzas oscuras por cuya mala sangre nos apartamos de la tranquilidad, la seguridad y la paz, pero ni una sola de ellas había tocado con el pétalo de sus abusos a un poeta. Emitió por estas causas, 32 recomendaciones para el legal desarrollo de esos procedimientos. Y sin embargo…

─ ¿Dónde están las armas hijos de la chingada? Le gritaban a la estupefacta y atemorizada familia del poeta Bartolomé. ¡Al suelo, al suelo!

Palabras similares a las que se debieron escuchar en Tijuana cuando una captura mafiosa le hubiera significado disminución electoral al PRI. Pero no es igual allanar la casa del duelo de hipódromos y casinos; pecador irredimible y además de todo ex alcalde tricolor a meterse con un hombre de letras y sensibilidad exacerbada.

─ ¿Se dan cuenta? Un poeta, ni más ni menos. Y si lo agregamos a la triste historia del hijo de Javier Sicilia, Francisco, veremos cómo la maldad humana llega hasta los linderos del arte, pero termina estrellada en las rocas del farallón literario. Los poetas merecen (sin pedirlos) buenas maneras, tratos de consideración.

Tras ese infausto momento se congestionaron las rutas cibernéticas de las redes sociales y el maestro Efraín Bartolomé desperdigó por el espacio las líneas apresuradas de su lamento y su desolada impotencia por los hechos ocurridos cuando apenas (lo decía Homero) “la Aurora de azafranado velo se esparcía por toda la tierra” y en medio de todo ese desmán y atropello se percata del robo de su reloj.

Pero todo lo puede la poesía.

Logra describir en el cielo los dedos rosados del amanecer,  pero también recibir las disculpas de quienes se metieron por la fuerza a una pacífica residencia donde sin molestar a nadie ni cometer delito, ni soñarlo siquiera, dormían el poeta y su esposa, como en los edificios contiguos lo hacían sus vecinos, la maestra Patricia Magaña, entre ellos.

Y no sólo ingresaron a la mala los agentes con disfraz de otras corporaciones; lo hicieron sin respeto a los protocolos de colaboración, se hicieron bolas, pues y le hicieron a la uña, como hubiera  dicho en su momento el centenario “Cantinflas”, quien le presta a los funcionarios públicos su catálogo de enredosos verbos para decir, no hay derecho joven y usted verá si hemos sido tan incriminosos, no hay que ser, de veras, y como corolario del encuentro, el Procurador del Estado de México, Alfredo Castillo, como si fuera un moderno  Guadalupe Victoria, dice va mi reloj en prenda, digo, joven, mientras aparece el suyo, pues al vate le birlaron en el justiciero operativo un viejo Omega de alto valor sentimental mientras sus versos toman otra dimensión bajo el cristal de los hechos:

“A veces soy un bronco tropel de potros negros

Soy un cuchillo de diamante atravesando el seno de la ternura

Soy un lamento lamido por el mal…

“Por mis manos escapa el estilete del verso

Por mis manos escupe la poesía su espumarajo negro.”

Los poetas intercambian escapularios y oraciones con el poder, reparten besos a diestra y siniestra o reciben relojes en prenda.

¿Cuándo el resto de los mexicanos será tratado como si supiera hacer sonetos, ovillejos; pareados alejandrinos o endechas doloridas?

Tarde les llega a los nacionalistas de ocasión el indignado oleaje de su falso patriotismo.

Después de haber aplaudido la llegada de la más nutrida delegación americana desde el siglo pasado en marzo del año anterior, hoy se dicen sorprendidos por algo sabido y recontra sabido: la lucha mexicana contra las drogas no es nuestra, sino de ellos y se desarrolla de acuerdo con sus intereses y estrategias.

Los Estados Unidos no pueden dejar desabastecido un mercado de veinte o treinta  millones de consumidores en ese país, pero tampoco pueden dejar desperdigadas por el camino las enormes fortunas del tráfico y sus derivados. Es un asunto de mercado. Drogas, armas y personas.

Sólo para la recodarles a los desmemoriados cómo se gestó el actual motivo de su fingida indignación, reproduzco esto (marzo de 2010):

“Además de Hillary Clinton, la delegación estadounidense estará integrada por el secretario de la Defensa, Robert Gates, la titular del Departamento de Seguridad Interna, Janet Napolitano, así como por el director nacional de Inteligencia, el vicealmirante Dennis Blair.

“Entre otros funcionarios, también estarán presentes el jefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen; el asistente para Seguridad Interna de la Casa Blanca, John Brennan; la administradora en funciones de la Agencia Antinarcóticos (DEA), Michele M. Leonhart, y el director de la Oficina de Control de Bienes en el Extranjero del Tesoro, Adam Szubin.

“El Departamento de Estado aseguró en el documento que ‘este es el segundo encuentro formal del más alto nivel del grupo consultivo (de la Iniciativa Mérida) que se ha venido preparando durante varios meses, y cuya primera reunión se realizó en Washington en diciembre de 2008”.

Los indignados se enteran cuando les dicen cómo publicó el New York Times los detalles actuales del asunto, pero las denuncias de la prensa mexicana nunca merecen atención. Eso lo sabíamos y lo habíamos publicado todos.

En la Cámara de los Diputados todo se debate menos el amor por México, nos dice en sus mensajes de promoción  radiofónica Josefina Vásquez Mota, quien hace de su condición de diputada federal oportunidad para exhibirse en el anhelo de la candidatura presidencial panista, como si su tiempo al frente de la bancada azul fuera motivo para suspender el tránsito y parar las rotativas.

 Ni  lo uno ni lo otro pero ella es paciente y edulcorada y de uno en uno va tras los panistas con cuyo auxilio quiere lograr equipo de peso suficiente para disputarle la posición al delfín de aletas cortas designado desde Los Pinos; al “agnus dei”.

Quién sabe de dónde se habrá sacado ese consejero publicitario, no se conoce  (o al menos esta columna no lo puede comprobar) si fue Antonio Sola o fue cosa pensada por ella sola, pero el fallido concepto linda entre los terrenos de la ficción y la cursilería.

El desempeño del Poder Legislativo no puede ameritarse como si fuera una clínica de ternura donde lo más importante es amar a la patria.

Si eso fuera así San Lázaro debería albergar a muchos millones de mexicanos cuyos sentimientos nacionales son genuinos y no hallan correspondencia en las acciones del poder. De ninguno. Fáctico o formal; genuino o espurio.

Así pues, Josefina: ¿ama usted mucho a su patria y sobre tan acendrado y profundo sentimiento no debate?

Bendito sea Dios cuyo dedo escribió nuestro eterno destino, pero ¿y luego?

Y aquí otra gota de poesía, ya entrados en gastos.

“Uno pierde los días, la fuerza y el amor a la patria,

el cálido amor a la mujer cálidamente amada,

la voluntad de vivir, el sueño y el derecho a la ternura…”

Comienza la cuenta regresiva de un mes para Enrique Peña Nieto en el gobierno del estado de México. La noche del quince de septiembre en Toluca una puerta se cerrará  y otra se abrirá.

Para entonces ya se habrán disipado muchos vapores y se habrán producido otros, entre ellos la consecuencia de definir, de una vez por todas, los incómodos límites entre el cargo y el anhelo.

En esa circunstancia se hallan todos.

Quienes han declarado sus aspiraciones de manera contundente: Ernesto Cordero, Manlio Fabio Beltrones, Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio, Emilio González Márquez y obviamente el propio Peña, quien no ha dicho nada, pero de quien los demás dicen por él.

Caso distinto es el de Santiago Creel, quien se lanzó del avión legislativo confiado en un paracaídas cuya apertura hasta ahora nadie le garantiza.

Una y otra vez ante la insistencia reporteril, Peña ha dicho: tengo una responsabilidad constitucional en el Estado de México. Después, ya veremos.

Falta poco.

El delfín anfibio
Como se quiera ver el domingo fue un día fecundo en ejemplos de cómo ante los hechos el Instituto Federal Electoral cierra los ojos y como hubiera dicho Amado Nervo… la deja pasar.

Por la mañana Ernesto Cordero era un militante del Partido Acción Nacional; por la tarde era el secretario de Hacienda y Crédito Público en cuyas palabras resonaba la confianza en el futuro económico de la patria en medio de cualquier vendaval financiero.

Pero vayamos por partes.

La “cargada” en favor de Ernesto Cordero, iniciada en el pasado mes de mayo  con aquella famosa carta de adhesión a su posible candidatura firmada –entre otros-- por 4 gobernadores azules, tuvo ayer una segunda edición. Para quien no recuerde aquello, hagamos un breve ejercicio de memoria: “En un pronunciamiento titulado ‘Unidos con Ernesto’, panistas encabezados por los gobernadores de Baja California Sur, Marcos Covarrubias; de Puebla, Rafael Moreno Valle; de Baja California, José Guadalupe Osuna, y de Sonora, Guillermo Padrés, coincidieron en que el actual titular de Hacienda es el candidato ideal para encabezar las políticas de gobierno del PAN. Entre los firmantes aparecen hombres y mujeres ligados al presidente Felipe Calderón y a su esposa Margarita Zavala.

“Estamos convencidos de que Ernesto Cordero representa la mejor opción para encabezar al PAN en la contienda presidencial de 2012, porque forma parte de una nueva generación de panistas”, dijeron en aquella ocasión los destapadores.

Ayer, “miles de panistas de Guanajuato” colmaron el Poliforum de León para respaldar a Ernesto Cordero, en sus aspiraciones a ser el elegido de Acción Nacional para la presidencia de la República en 2012, decía la prensa local.

“Simpatizantes de Sonora, Chihuahua, las Baja Californias y Michoacán, son parte de los más de 8 mil panistas que se espera, lleguen al evento.

“El objetivo de la reunión, fue entregar al aspirante a la presidencia 30 mil firmas para cuando llegue el registro de candidatos blanquiazules a la presidencia”.

Las palabras de Cordero, el pre-candidato no dejan lugar a duda ninguna sobre si esto es una anticipación sobre la cual debería conocer el Instituto Federal Electoral o no:

“Necesito —enfatizó el titular de Hacienda— que me acompañen, que me apoyen, que me quieran, que me impulsen, necesito que me vean como candidato del PAN para ganar la Presidencia en el año 2012… si vamos juntos y en unidad no tengan duda de que el PAN va a salir a reconquistar y a ganar el corazón de las familias en México”.

Todo eso (incluyendo la cardiológica oportunidad) fue el domingo en la mañana, fuera de horas de trabajo, como suelen decir quienes cobran también  los descansos pero hallan en el fin de semana, la oportunidad hebdomadaria para sus actividades políticas.

Pero en este caso algo no encaja.

Por la tarde (y seguía siendo domingo) el precandidato Ernesto Cordero se cambió de ropa y de condición, dejó la respiración por branquias; hinchó de oxígeno sus pulmones y en pleno ejercicio de la anfibia condición e investido como jefe de las finanzas nacionales, ofreció un mensaje a la patria en el cual confirmó la confianza en la fortaleza nacional. ¿Era o no un día de descanso o era nada más un mediodía inhábil para la SCHP?

Sentencioso Don Ernesto se arrancó con  este exordio:

 “El ambiente sigue dominado por la incertidumbre y el nerviosismo”.

Ya después repetiría casi a la calca las palabras dejadas en el “blog” bajo su firma y sonriente fotografía en la página “web” de la Presidencia de la República:

“A pesar de la recuperación gradual de la economía de los Estados Unidos, las noticias sobre su actividad económica han decepcionado. Mientras que estamos estimando un crecimiento anual mayor a 4 por ciento para México durante el primer semestre de 2011, en los Estados Unidos el crecimiento anual fue de sólo 1.9 por ciento.

“Si bien es cierto que todas las economías del mundo, en mayor o menor grado, se verán afectadas, para nosotros justamente el reto está en mitigar el grado de afectación. En contraste con lo observado en estos otros países, en México aprendimos las lecciones del pasado, y hoy podemos asegurar que estamos mejor preparados para enfrentar un impacto externo. Porque somos responsables y lo seguiremos siendo, contamos con más de 200 mil millones de dólares para garantizar que el ajuste ante cualquier choque externo ocurra de manera ordenada”.

En su mensaje dominical Cordero ofreció una danza de cifras cuya veracidad depende el  ángulo con el cual se les ofrezca o se les analice. Las estadísticas son ciertas para quien  las quiere convertir en certeza. No habremos de abundar en esos terrenos.

El asunto, en todo caso, radica en la condición de Ernesto Cordero en el marco de la legalidad electoral.

 

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