Estoy emocionado
Guillermo Lozano Garza

onterrey.- Me desperté con la interesantísima entrevista de Sanjuana Martínez al empresario Fernando Turner Dávila en la edición de este domingo en La Jornada.

No puedo dar crédito a semejante toma de conciencia. Estoy emocionado.

Habría sido eso mi deseo desde que en mi juventud estudié autodidactamente Economía Política y empecé trabajando y ahora interactuando con empresarios de la transformación y los servicios públicos del país.

El 2006 mi convicción fue de que debe persistir por ahí, agazapado y oculto (como un “fantasma”) el espíritu de los viejos socialistas utópicos como los Robert Owen, quienes, sin llegar a aquella ingenuidad, excelencia y pureza, tan bien descrita por Engels y por Marx, pudieran surgir en México bajo las nuevas condiciones aquella utopía: una mejor distribución de la riqueza.

Pero al igual que el empresario me sorprendí del efecto negativo de la guerra sucia en las conciencias de la clase media y muchos amigos y compañeros en el 2006.

No soy ingenuo y veo como en el mundo hasta los que se dicen socialistas y llegan al poder son vencidos o llevados por las fuerzas complejas de la economía por caminos de avances y derrotas. Pero a la izquierda en México nunca se le ha dado la oportunidad de gobernar. Ahora con el estado desmantelado y el país entregado y debilitado, los peligros del fracaso son mayores pero es necesario darle una oportunidad al el ejercicio del poder con enfoque social.

Estamos presenciamos un giro dialéctico de la conciencia científica empresarial, que proclama teoría y práctica como método y un resurgimiento de una organización empresarial nacionalista, independiente, desmarcándose de la dogmática y corrupta oligarquía que nos ha dominado desde siempre.

Esto es una revelación del gran giro del pensamiento empresarial.

Enhorabuena para la República Amorosa.