Suscribete
 
1094 4 Julio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Certezas razonables
J. R. M. Ávila

Monterrey.- Cuando se creía que ya habían quedado en la historia las artimañas electorales del PRI, reaparecen el robo de urnas, la quema de boletas, la compra descarada de votos y la duplicación de papeletas. Pero ahora debemos agregar los artilugios electrónicos del PAN.

Hoy tenemos que enfrentarnos a que hay menos votos en el total que en la suma de los votos en las actas, a que se limita el número de papeletas en distritos que podría ganar la oposición, a que se capturan los resultados de las casillas con “errores de dedo” (por ejemplo, se transcriben los votos de la columna de diputados en la columna de presidente o se anota un 29 en lugar de un 129 y, en el peor de los casos, se declara elegible una cifra, aunque no lo sea). Esto no es producto de la imaginación enferma de nadie, sino hechos constatados mediante fotografías no trucadas.

Lo más grave es que a todos estos actos amañados se ha agregado la programación de software del Instituto Federal Electoral (IFE) con un porcentaje de ventaja para Peña Nieto. De esto da fe el profesor de Física de la Universidad de Texas en El Paso, Jorge López Gallardo, cuando asevera que el PREP está manipulado porque muestra correlaciones perfectas en 41 datos mantenidas por 3 horas, lo cual no debería ser posible, indica manipulación de la información y, consecuentemente, fraude.

Por si fuera poco, se tiene noticia de que Anonymous hackeó el servidor del IFE, antes de que los datos fueran rasurados o arreglados a favor de Peña Nieto y ha dado a conocer datos muy significativos.

A las 2:31 de la mañana del lunes 2 de julio, Peña Nieto llevaba el 37.76 % de los sufragios, en tanto que López Obrador alcanzaba el 48.21 %, cuando estaba capturado el 46% de los resultados.

A las 3:52 de la madrugada, cuando apenas se capturaba el 60.06% de los resultados, se acumulaban 12;204,812 votos para Peña Nieto; mientras que, para López Obrador, se contabilizaban 14;051,043. 

A las 10:35 de la mañana, por supuesto, antes de que los datos fueran modificados por el IFE, Anonymous reportaba que las cifras iban así: Peña Nieto, 14;517,718 votos, para un porcentaje de 31.87%; y López Obrador, 19;742,852 votos, para un 37.87%, cuando se había capturado el 91.77% de los votos. Aquí, AMLO aventajaba por más de cinco millones a EPN.

Después de estos datos y de muchas otras irregularidades que para el IFE son mínimas, no podemos tachar de irresponsable a López Obrador ante el compás de espera que ha decidido guardar.

Si la duda ofende a quienes han perpetrado estas anomalías, ellos se lo han buscado. Ya no debería extrañarnos que quien debe ser árbitro de las elecciones sea quien cometa el fraude. El IFE tiene antecedentes desde 2006 y es difícil creer que no haya reincidido.

Y esto ya no es dudar, sino tener la certeza.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com