Azúcar
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- Recordará usted amable lector, que en otro sexenio aciago de la historia de nuestro país, cuando Fox-Sahagún-Bribiescas gobernaron el país con toda discrecionalidad, se dio el fobaproa azucarero, mediante el que Usabiaga, a la sazón titular de Agricultura y Ganadería, decretó la expropiación de varios ingenios azucareros.
Después de decisiones de todo tipo, en las que un día determinaban algo y al siguiente la desbarataban, el gobierno se quedó con 27 de un total de 75 ingenios en toda la república. Como era de esperarse, las empresas propietarias de esos ingenios estaban más que quebradas, por lo que el gobierno tuvo que financiar sus pérdidas, replantear sus pasivos, tomar algunos, y en fin, cambiar la administración de las mismas.
La aventura en el dulce, que resultó amarga, a la fecha está costando 19 mmdp al erario federal y ahora se pretende vender las unidades industriales. El asunto detonó en 2010 y se cerró temporalmente, mientras el Rey del Ajo, Usabiaga, emprendía la búsqueda de su sueño finalmente fallido, de ser gobernador de Guanajuato. El asunto no se detiene ahí, porque hay que estimar los pasivos que se adicionaron durante la administración de los ingenios por el gobierno, que serán indudablemente otros millones de pesos que a la postre pagaremos los ciudadanos mexicanos. Esto se inserta en otro episodio del sexenio de la pesadilla.
La SCT está recurriendo de nuevo, en los 2 últimos años, así lo dice un reporte de la dependencia, a la expropiación de terrenos para construir carreteras, lo que impide ejercer 31 700 mdp presupuestados para este ejercicio. Esto significa que la falta de proyectos ejecutivos detiene las inversiones por falta de cumplimiento de las normas que la ley exige.
El campo mexicano, dice un cotidiano, Excélsior, es una crisis permanente, nosotros decimos que es una de las mayores desgracias nacionales. Si lo que a continuación leerá usted, amable lector, no le impacta el ánimo, querrá decir que su capacidad de asombro ha desaparecido: en el sector rural viven 25 millones de personas, de los que 17 son pobres y de ellos, 6.3 se mueren de hambre. En el campo laboran 8.6 millones, sólo 326 tienen acceso a la seguridad social. Las calamidades van de la sequía a las inundaciones y a las heladas. Se enfrenta una escalada de precios ya que la carne ha subido el 8.8%; los aceites 16.3%; la leche, sus derivados y el huevo 6.9% y lo que es peor, por si faltara algo, en todo lo que resta de 2012 e inicios de 2013, los granos verán incrementados sus precios en el entorno no sólo nacional, sino también en el mundial. Incluso se habla de un posible desabasto.
Pemex, otra de las desgracias nacionales, contribuyó con 98% de sus utilidades al pago de gravámenes al erario federal. De 473 227 millones de pesos de ganancias, sólo el 2% se quedaron en la paraestatal. Es decir, Pemex aportó a la Federación 465 mmdp en el primer semestre de 2012. Suárez Coppel insiste en que la empresa debe ser autónoma, como Banxico, porque hay demasiadas manos en la administración, pese a que la Virgen de Guadalupe nos bendijo, pues hay petróleo para 30 años, cuando que hace unos meses nos dijeron que lo había sólo para 8/10 años. Estamos de acuerdo en que hay muchas injerencias indeseables, ya que esto se refleja en el resultado de la operación, como el caso de las pérdidas ocasionadas por la pésima inversión en Repsol.
No cabe duda que eso de que viva el rey, muera el rey, es un adagio perfectamente aplicable a Calderón. Ante la ineluctable proximidad de que entregue el poder el 1 de diciembre, dentro de 3 meses, todo el mundo y a la cabeza su partido, le falta el respeto. La cúpula del CEN del PAN con Madero y Romero ya se le pusieron al brinco, coloquial frase para evidenciar que ya no le hacen caso. Se unieron las fuerzas azules, las tradicionales, las modernas, con las oscurantistas, léase Yunke, para oponerse a la intención del todavía inquilino de Los Pinos para adelantar la elección de dirigentes nacionales, pensando en Margarita, que desea llevar a cabo en agosto. Los tiempos son los tiempos, le responden y todo se debe ir para 2013. La luna de miel se acabó.
