MALDITOS HIPSTERS
Mejor cuéntame una de vaqueros
Luis Valdez

Monterrey.- Un cuento de hadas es una narración oral de origen folclórico (del pueblo, pues) y se supone que sirve para asustar. Pero en estos tiempos, la realidad ya asusta lo suficiente.

Las leyendas urbanas asustaban, pero divertían. Los cuentos populares que antes asustaban, han sido adaptados por recreadores como Disney, Jim Henson y Cachirulo. Han dejado de lado ese objetivo de formar moralmente bajo advertencia. Los niños ya no temen ser Hansel y Gretel, ya no le temen al lobo, ya no le temen al gigante.

Cuentos de hadas de hoy, son los que nos cuentan los políticos. Una
demagogia de fantasía, donde los ciudadanos somos rescatados por un caballero (alcalde, gobernador, diputado, presidente de la república) de armadura plateada, armado con una espada y escudo.

Un caballero valiente. ¡Esos son puros cuentos! Resulta más creíble que vivimos en tiempos del salvaje oeste (y salvaje este y salvaje centro y salvaje sur). Por eso, si se trata de cuentos de hadas, mejor cuéntame una de vaqueros.

Los vaqueros de ahora andan en camionetas lobo (las Hummer eran más complicadas de conducir), cargan cartones de cerveza y una de Buchanans en el asiento trasero. Disparan donde les da la gana y cuentan con halcones vigías en cada esquina importante, que además andan en motonetas y taxis. La mayoría de ellos tienen armas. Son los cowboys a punto de entrar en un duelo. Es una cuestión de velocidad de sobrevivencia.

No estoy en contra de los cuentos de hadas, pero mejor cuenten algo de vaqueros. Nos serviría más.