HORIZONTE CIUDADANO
Aires de perplejidad
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Saltillo.- A los mexicanos las instituciones no nos dan respiro. La semana pasada la Suprema Corte de Justicia nos dejó boquiabiertos con el decreto mediante el cual exoneró a Florence Cassez de los delitos cometidos por ella, con la banda de secuestradores Zodiaco, que torturaba y vejaba a sus víctimas y que, de villana y delincuente, pasó a ser automáticamente heroína, que fue recibida por el mismo presidente francés François Hollande en el Palacio del Elíseo.
En México, la exoneración de Cassez levantó una ola de indignación.
Simultáneamente, el Consejo General del IFE, cuando no fue capaz de de frenar conductas ilegales durante la campaña electoral de 2012, ahora se muestra incapaz de sancionar las irregularidades palmarias de la coalición Compromiso por México (PRI, PVEM), como la inclusión de dineros oscuros mediante la triangulación de empresas como Monex, que fueron acreditadas por la Unidad de Fiscalización, que presentó un dictamen increíble, imposible e inverosímil de los gastos de campaña de Enrique Peña Nieto y que, en base a numerosos hechos, permiten sospechar que se haya sobrepasado.
Esta semana el IFE lanzó la versión de que el ex candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, fue el único que sobrepasó los topes de campaña de julio de 2012, en tanto que exoneró al PRI y al PAN de haber gastado de más durante las actividades electorales.
El IFE determinó que el Movimiento Progresista (MP), rebasó por más de 62 millones de pesos el tope de gastos de campaña, que determinaron en 336 millones de pesos, por lo que estimaron que la sanción que alcanza el MP es una multa de 129 millones 829 mil 948 pesos.
Basta escudriñar un poco en lo que fueron las denuncias del PAN y el MP en junio, durante la campaña electoral, para mirar con diáfana claridad el flujo millonario de dinero, un despilfarro inocultable del PRI, aunque invisible para el IFE y su Unidad de Fiscalización.
Las decisiones del IFE resultan increíbles, ahora pretenden presentar la campaña de Peña Nieto como una contienda austera e impoluta cuando en la realidad se mostró ante los ciudadanos como una de un gasto exorbitante, con derroches inocultables, de manera que las decisiones del IFE nos dejan pasmados, perplejos, es lamentable que en cuanto organismo ciudadano autónomo nos dé a los ciudadanos con la puerta en las narices.
En Coahuila las perplejidades no son menores; se abrió el Moreirazo. ¿Acaso será un paso contra la opacidad que ha caracterizado durante 2 años a la administración del gran hermano? Rubén Moreira pretende cambiar su imagen del gran inquisidor, pero nada le quitará el pecado original que lo llevó a la gubernatura de Coahuila, la ilegitimidad lo acompaña, duerme con él a partir de la instrumentalización personalísima que hizo como presidente del PRI para llegar al puesto que ocupa, con el apoyo discrecional y desmedido del gobierno de su hermano y de los poderes fácticos, como el de casi todos los medios de comunicación plegados a los intereses del PRI.
La deuda moral de los Moreira es impagable, que no lo duden. Es más grande que la deuda financiera que heredó Humberto a los coahuilenses. La apertura de los documentos sobre la contratación de la deuda pública, es algo, pero será insuficiente mientras sigan impunes quienes hoy disfrutan de esos recursos obtenidos de la rapiña y el saqueo de las arcas públicas.
Rubén Moreira cree que lleva las riendas del gobierno, sin embargo, su debilidad es evidente. La sombra de Humberto lo persigue y el capital político de éste sigue siendo inocultable.
Humberto esta en España, pero sus operadores están aquí, maniobrando, Samuel Rodríguez, Miguel Ángel Riquelme, Fernando de las Fuentes, los 3 funcionarios nefastos, mediocres que impondrá Rubén como candidatos para alcaldes del PRI.
De nuevo los coahuilenses estarán ante una disyuntiva, ¿votarán por sus verdugos? Recuerde que Fernando de las Fuentes fue quien maniobró establecer leyes a modo para lograr la reestructuración de la megadeuda. ¿Votará por sus verdugos?
