Suscribete
 
1245 1 Febrero 2013

 

Derrotas priístas 
Miguel Treviño Rábago

Reynosa.- Las derrotas que le han propinado al PRI en varios municipios de Tamaulipas, no son nuevas. Algunas hasta son históricas. Los tamaulipecos mayores de 30 años pueden recordar fácilmente candidatos tircolores que han mordido el polvo de la derrota. Y las más de las veces, esto ha ocurrido por la mala selección de los candidatos y el "método" de selección que ha sido, invariablemente, el famoso "dedazo".

Tenemos una poca de experiencia en esos menesteres, porque desde hace 43 años participamos en la política de Reynosa y, en cierto modo, de Tamaulipas. Al cumplirse, éste 31 de enero, un aniversario más de la trágica muerte de nuestro amigo, hermano y compañero de muchas batallas, profesor Baltazar Díaz Bazán, recordamos que fue el primer candidato del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), que por ser despojado de una regiduría que políticamente le correspondía, por ser líder de la FSTSE en 1974, se postuló para la diputación local de éste distrito y derrotó a un doctor de Ciudad Mante llamado Abraham Hanun Rada, impuesto por "dedazo" al estilo PRI.

El repudio de los reynosenses fue generalizado y se volcó en las urnas a favor del profesor Díaz Bazán. Lamentablemente el 31 de enero de 1975 –un mes después de las elecciones– el maestro apareció ahogado dentro de su automóvil en el Canal "Anzaldúas" en circunstancias muy extrañas y que nunca quedaron debidamente aclaradas por las autoridades correspondientes. El gobernador era Enrique Cárdenas González. Este 31 de enero se cumplieron 38 años de la muerte de ese gran líder social y magisterial, a cuyo sepelio acudieron miles de personas.

En 1977 la historia se repitió. El PRI y su candidato a la alcaldía, Rodolfo Garza Peña –hijo de un ex presidente municipal muy poderoso en Reynosa–, fue derrotado por el autor de ésta columna que era apenas un profesor de escuela primaria con 8 años de trabajo frente al grupo. Nuestra participación había sido fugaz en el Partido Popular Socialista (PPS) y luego bajo el liderazgo de Carlos Enrique Cantú Rosas, que ya había derrotado también al PRI en Nuevo Laredo, nos postulamos Horacio Treviño Valdez (para diputado) y un servidor para Alcalde, y nos levantamos con la votación mayoritaria del PARM sobre el PRI. Pero los trastupijes y la deshonestidad de los líderes nacionales parmistas (puros militares retirados) nos arrebataron la victoria, culminando todo en una ilegal y espuria Junta de Adminsitación Civil (JAC) que presidió "por dedazo" Ernesto Gómez Lira compadre del mismo gobernador Enrique Cárdenas González.

Para los que dudan de nuestro triunfo, les reiteramos que si el candidato del PRI a la alcaldía hubiera tenido un solo voto sobre nosotros, se hubiera quedado en la presidencia municipal. Las actas no mintieron y "lo renunciaron desde Gobernación". 

No quiero ofender ni herir susceptibilidades, porque de esto hace ya más de 30 años. Muchos de los actores políticos de ese tiempo ya fallecieron, pero muchos otros todavía están aquí, medio vivitos. Lo cierto es que en los dos casos que acabo de referir, fueron el parteaguas en Reynosa para que miles de ciudadanos aprendieran que en las urnas electorales se puede derrotar a los malos candidatos, a los impopulares, a los que son impuestos vía "dedazo", a los que ya saquearon cualquier municipio de Tamaulipas, no sólo de Reynosa, a los que no tienen trayectoria, a los que se comportan como hampones o tienen fama de pillos.

Por eso con orgullo podemos asegurar que el pueblo de Reynosa sabe votar. La prueba es que a varios candidatos priístas los hemos derrotado parmistas y panistas. Nadie puede negar que Baltazar Díaz Bazán, Horacio Treviño Valdés, Ernesto Gómez Lira, Ramón Pérez García, Francisco García Cabeza de Vaca y un servidor hemos ganado en las urnas postulados por partidos opositores al PRI en Reynosa. 

Pero no sólo en Reynosa se han registrado sonoras derrotas al PRI. Lo mismo ha sucedido en Nuevo Laredo donde el licenciado Carlos Enrique Cantú Rosas (q.e.p.d) derrotó nada menos que al líder nacional del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios, por aquellos años antes de que "lo renunciara" Carlos Salinas. La alcaldía y dos veces la diputación federal las obtuvo de mayoría Cantú Rosas con las banderas del PARM. Y la historia está por repetirse con su hijo Carlos Cantú Villarreal, quién bajo el emblema del PAN se perfila ya como seguro ganador de la alcaldía neolaredense por el pobre desempeño del PRI en ese puerto fronterizo. En Matamoros, don Jorge Cárdenas González y el profesor José de la Paz Bermúdez en su tiempo, le propinaron sus palizas al PRI también. En Río Bravo, la oposición ha barrido y trapeado varias veces al tricolor institucional por cuenta de los hermanos Guajardo. En Tampico, los panistas recientemente borraron del mapa electoral al PRI. Y así podemos seguir con la reseña por todo el estado.

Este año 2013, nuevamente los tamaulipecos vamos a las urnas para elegir 43 alcaldes y 22 diputados locales. El PRI acaba de recibir una paliza electoral en los comicios federales al perder 6 de las 8 diputaciones federales y las 2 senadurías. Por si fuera poco, en la votación presidencial, en Tamaulipas, Enrique Peña Nieto perdió frente a Josefina Vázquez Mota. Lo mismo le sucedió en Nuevo León. Si el PRI no voltea a revisar la historia de sus triunfos y derrotas, éste año podría ser derrotado en varios municipios muy importantes de Tamaulipas –sobre todo los fronterizos– y perder varias diputaciones locales que lo van a debilitar aún más en el Congreso del Estado. Luego vendrá la elección de gobernador y allí puede tronar la maquinaria tricolor frente a un buen candidato del PAN aliado al PRD-PT-Movimiento Ciudadano.

Se dice que quien no aprende de la historia, está condenado a repetirla. Los tamaulipecos están inconformes por muchas razones que sería largo enumerar. Ya lo demostraron en las urnas recientemente. Si el PRI se empeña en utilizar la mecánica del "dedazo" nuevamente, los candidatos del PAN y hasta del PRD, pueden levantarse triunfantes. Y tampoco hay que descartar la posibilidad, de que varios militantes del PRI que sean desairados y marginados en su partido, terminen postulándose bajo las banderas azules y amarillas para demostrar su valía y su capacidad de arrastre popular. Los límites de tolerancia a los atropellos políticos, ya son más cortos y evidentes. Y además, a nivel nacional, los ejemplos son abundantes: ciudadanos que son ignorados en sus partidos, son invitados a participar en otros institutos y salen triunfantes. Así que, sobre aviso no hay engaño. No se vale después andar llorando como Magdalena por los rincones.

trabago49@hotmail.com       
http://mx.groups.yahoo.com/group/elobservadorpolitico/  

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com