MALDITOS HIPSTERS
Asesinato por error
Luis Valdez

Monterrey.- Si alguien discute con su pareja, lo peor que puede hacer es darle la espalda o irse a chillar al baño. Los balazos atraviesan la madera, aunque sea San Valentín.

Oscar Pistorius, un deportista que causó sensación en los juegos olímpicos por competir con prótesis en las piernas amputadas, es una personalidad tan célebre y billetuda que andaba con una modelo tres años mayor que él (ella 29, él 26).

La mujer estaba realmente bien buena (vean sus fotos en imágenes de google) y eso me hace pensar en que en Sudáfrica existe el verdadero amor entre una modelo rubia y cualquier persona (discapacitado o no), o que como en cualquier otro lugar, a las modelos las llama el dinero y la celebridad.

Pero pocos le echan la culpa de su fallecimiento a San Valentín. Es una fecha de mucho estrés social y de pareja. Se supone que los dos discutieron (puede que ella quisiera un auto deportivo nuevo, o una cena en un restaurante de Nueva York, y él sólo haya querido beber whisky y tener sexo), luego ella se encerró en el baño a chillar a moco suelto y, carajo, ahí es donde no entiendo nada. Si se supone que estuvieron ahí los dos, ¿por qué rayos él lleva a creer que quien está dentro del baño, llorando, es un ladrón?

Entonces, como en los grandes corridos norteños de desamor, el tipo dispara cuatro veces al interior del baño. De esos, tres le atinan al blanco. Más bien, a la rubia. Y luego descubre, impresionado, que (oh, cielos) la persona sentada en el retrete era su bella modelo de lencería y trajes de baño.

Sí, que lo refundan en el bote por descuidado.