Suscribete
 
1473 18 Diciembre 2013

 

Que nos pregunten
Lupita Rodríguez Martínez
         
Monterrey.- Nuestro rechazo rotundo a la privatización de Pemex y CFE. Nuestra solidaridad total con las mujeres y hombres que se mantienen en la lucha por la defensa de la soberanía nacional y los recursos naturales. La lucha popular contra la entrega del petróleo, del gas y de la electricidad a manos extranjeras, tendrá que continuar hasta revertir y volver  a expropiar el petróleo como fuente  energética estratégica, puntal de la soberanía nacional y garante del desarrollo económico y social de México.

Los cambios a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, aprobados en un escenario amurallado, con cientos de policías antimotines, en un recinto alterno, en un ambiente de confrontación, en una operación fast track sin guardar el debido proceso legislativo, en forma cínica por los “representantes populares” del PRIAN, privatizaron del petróleo en una sesión que duró 22 horas, donde ninguna de las más de cien reservas presentadas a los tres artículos por los diputados de oposición fue aprobada.

Todas las contrarreformas juntas en materia laboral, educativa, hacendaria, fiscal, política, electoral y en telecomunicaciones, buscan regresarnos al pasado. El trasfondo de las contrarreformas estructurales, conforme a los dictados del Consenso de Washington, es profundizar el proyecto neoliberal y restaurar el gobierno presidencialista, autoritario, represor y entronizar al PRI por 70 años más, como lo declaró el propio dirigente nacional del PRI el 13 de febrero del presente año.

Para ello, cumplieron al pie de la letra el pacto entreguista que Peña Nieto firmó en Londres con los países del Grupo de los 20, ya que a través de los contratos de utilidad compartida, por producción compartida, por licencia o por una combinación de las tres modalidades en la exploración, perforación, extracción, refinación, transformación, distribución, transportación y comercialización del petróleo, del gas y de la energía eléctrica, se permitirá que las ganancias del pueblo y de la nación mexicana sean compartidas con las compañías petroleras extranjeras y con los potentados nacionales.

Para compensar la falta de ingresos fiscales de Pemex no les importa endeudar más al país y que los mexicanos paguen 700 mil millones de pesos, monto que se compartirá en utilidades a las compañías petroleras extranjeras.

Entregar la ganancia petrolera a extranjeros se puede calificar como traición a la patria, pues incurre en éste delito quien realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero, pero resulta una doble canallada aumentar impuestos y deudas sin combatir la corrupción.

Al privatizar el sector energético nos quedamos sin la palanca para industrializar al país, crear más empleos y reducir el precio de las gasolinas, gas y luz, engañosas promesas que nos quieren vender con la propaganda oficial y en las que nadie cree ¡Basta recordar Telmex, Bancos y Gas Natural para que saber que no bajarán los precios, ni las tarifas serán más baratas!

Abrir de par en par las puertas a las corporaciones petroleras extranjeras implica una pérdida de la soberanía nacional. En el Poder Ejecutivo, con el arribo de quienes pretenden ser los nuevos amos de México, los próximos presidentes quedarán sometidos, pues ya de por sí los últimos y el actual han sido dóciles mandatarios de los poderes fácticos. El Poder Legislativo ya no podrá realizar investigaciones especiales sobre Pemex y CFE, ni llamar a comparecer a sus directores. El Poder Judicial quedará marginado, porque los conflictos energéticos serán asuntos exclusivos de arbitraje internacional.

Empero, la resistencia civil pacífica debe seguir hasta que se convoque a una Consulta Popular o Referéndum. Para ello, se requieren las firmas del 2% del listado nominal de electores del IFE, lo cual equivale a un millón 632 mil 318 solicitudes, para que los ciudadanos rechacemos las reformas constitucionales. La Consulta tendría que realizarse en las elecciones intermedias de julio del 2015 y si se alcanza una participación del 40% del total del padrón, los poderes públicos están obligados a acatar los resultados.

Sumémonos a la campaña “El petróleo es de todos, que nos pregunten a todos”, ingresando al sitio  www.elpetroleoesnuestro.mx para descargar el formato oficial que debe ser impreso, firmado y subido a la misma página para que se registre la firma de manera oficial y el IFE valide la información.

Por primera vez en la historia de México, los ciudadanos podemos decidir el futuro con nuestro voto libre y directo, rechazando la pérdida de la soberanía nacional, evitando más desigualdad social y violencia y sobre todo, demandando que se combata la corrupción desde arriba y hasta el fondo.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com