Lactancia materna
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- En la lucha porque las nuevoleonesas y sus bebés cuenten con la Ley para la Protección, Apoyo y Promoción a la Lactancia Materna, la semana pasada varias organizaciones y personalidades presentamos ante el Congreso la iniciativa de Ley...

Cuya exposición de motivos me permito transcribir:

“De acuerdo con estudios de la Organización Mundial de la Salud (la OMS), sí la lactancia comienza en la primera hora de vida de un bebé y es su alimentación exclusiva hasta los seis meses y además se alterna con alimentos hasta los dos años, se salvarían 800 mil vidas al año.

Gracias al calostro, la primera leche que las madres producen, sus bebés que lo consumen a la hora de nacer, sufren menos problemas de sobrepeso u obesidad, diabetes tipo 1 y 2, leucemia y asma.

Quien no es amamantado por lo menos durante medio año, tiene tres veces más riesgos de padecer enfermedades gastrointestinales, diarreas, infecciones respiratorias, meningitis, alergias y neumonía.

Lo preocupante es que en Nuevo León sólo dos de cada diez bebés son alimentados del seno de sus madres en la primera hora de vida. Dicha cifra significa que apenas el 24.5 por ciento de los recién nacidos reciben leche materna, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012).

Uno de los factores para que tengamos tan bajo nivel de lactancia, es que el 72 por ciento de una tasa de más de 90 mil nacimientos por año, son partos por cesárea, operación que representa una barrera para amamantar, ya que evita el contacto piel a piel entre madre e hijo inmediatamente después del parto e impide la lactancia en la primera hora de vida.

La cesárea ocasiona un menor estímulo hormonal de las glándulas mamarias, mientras que el tiempo de recuperación de la madre provoca la separación madre-hijo en los primeros días de vida del recién nacido.

Generalmente el bebé es llevado al cunero, recibe leche en fórmula como primer alimento y tanto madre como hijo pierden ese primer momento para hacer conexión sicológica y emocional. Muchas veces el bebé pierde ese primer instinto de succión, al ser separado de su mamá y al recibir como primer alimento un sustituto de leche materna a través de un biberón. Meses después, la madre debe reintegrarse al trabajo fuera de casa, en la mayoría de los casos, volviéndose a dar la separación con el hijo. Este factor detona además el estrés, el cual impacta en la producción de leche, ya que entre menos sale leche más se estresa la madre.

Tal situación es suficiente para legislar en materia de lactancia sana y natural, con el fin de generar políticas públicas que resuelvan la falta de concientización del personal de salud y de la población en edad reproductiva.

En febrero del 2014 entró en vigor un paquete de reformas a la Ley General de Salud, a la Ley Federal del Trabajo, a la Ley del Seguro Social, a la Ley del ISSSTE, a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, todas relativas a lactancia materna. Sin embargo, por la grave situación que atravesamos, consideramos necesario transformar ese paquete de reformas en la Ley para la Protección, Apoyo y Promoción a la Lactancia Materna.

Lo anterior, no sólo para retomar acciones pro-lactancia que organismos internacionales vienen impulsando con el fin de hacer realidad el interés superior de la niñez, sino con el propósito de que en Nuevo León se traduzcan en las siguientes acciones de Ley para las madres:

1.- Capacitar en forma permanente y obligatoria a mamás y papás sobre la lactancia materna y el amamantamiento en la primera hora de vida del bebé.
2.- Conceder una licencia temporal por lactancia, por otros 3-tres meses a medio sueldo o de 6-seis meses sin goce de sueldo.
3.- Establecer como obligatorios los lactarios -o salas de lactancia- en los centros de trabajo o empresas.
4.- Evitar que se administren leches sustitutas o líquidos diferentes a la leche materna en lactantes.
5.- Fomentar la práctica del contacto piel con piel entre mamá y bebé y el alojamiento conjunto.
6.- Crear bancos de leche de acceso gratuito como ya se hace en Tamaulipas y Zacatecas.
7.- Certificar a todos los centros de salud como “Hospital Amigo de la Niña y del Niño”.