La rueda de la fortuna
Eloy Garza González
San Pedro Garza García.- El gobierno de Enrique Peña Nieto se debate en un tema que compete a Nuevo León tanto en gobernabilidad como en justicia. En la Secretaría de Gobernación ya se le conoce como el affaire Medina.
El Presidente se mantiene hermético al respecto, pese a que varios grupos políticos y empresariales representados por figuras como Aldo Fasci iniciaron una cruzada mediática que trasciende fronteras, exigiendo cárcel para la familia del actual gobernador.
Por un lado, está el bando de un senador que opera en nombre de Los Pinos. A grandes rasgos su planteamiento consiste en no dejar que el gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez, sacuda como presa de guerra al gobernante saliente a lo largo de uno o dos años, en un caso similar al del “gato que juega con el ratón, hasta cazarlo”. La salida para tal encrucijada es armar cuanto antes una averiguación previa, y quitarle la estafeta justiciera a Rodríguez. Según este bando, así se controlarían daños colaterales y se acotaría cualquier exceso de revancha postelectoral que perjudicaría más al PRI.
Por otro lado, está el bando más cercano al Presidente. Su posición consiste en esperar que se asiente el gobierno de Rodríguez y mantenerlo a raya, negociando presupuesto y recursos etiquetados para Nuevo León a cambio de no tocar a la familia Medina; soltar amarras, hacer acopio de paciencia y dejar que el tiempo ejerza su caprichosa soberanía. Sin embargo, dicen que el Presidente, con todo y sus defectos, tiene características muy peculiares que lo definen como político. Una de ellas es la frialdad para decidir, canjear y sacrificar.
¿Hacerlo ahora? ¿Hacerlo después? ¿Dejarlo pasar? En cualquiera de los casos hay una pieza de recambio que el destino lo ha alcanzado y no para bien. Y hay un gobernador electo que sabe olfatear la sensibilidad social para legitimarse “entre la raza”, pero que también conoce los tejemanejes del poder y el juego de toma y daca. Sin embargo, en todos estos escenarios, el Bronco se sale con la suya. Y es que la rueda de la fortuna ha dado una vuelta de vértigo para poner arriba a los que estaban abajo, y abajo a los que estaban arriba hasta hace apenas unos meses. Ironías de la vida breve.
