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1861 15 Junio 2015

 

 

El Otro Regio/a
Jesús González

 

Monterrey.- La mayoría de los analistas políticos han analizado de manera muy superficial las condiciones del triunfo electoral de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León; se limitan a hacer un análisis de coyuntura sin perspectiva histórica; algunos se aventuran un poco.

Del lado de activistas de derecha y de izquierda pasa algo similar: no se analiza a fondo, se descalifica a la población por el paso que dio o se automarginan del devenir histórico.

Al final todos vivimos en un estado con unas ciertas condiciones objetivas y subjetivas desde las cuales se debe de partir para generar una mejora de la calidad de vida de todas y todos. La realidad en el país es que México está en rebeldía y que donde esas condiciones lo permiten, por tener una mayor politización ideológica o sentido de comunidad, las protestas son con el uso de violencia o con boicots electorales e incluso económicos pero en el Nuevo León de 2015 el Otro Regio/a encontró en la vía electoral la manera de rebelarse. Y es precisamente ese Otro Regio/a al que no se ha analizado con perspectiva histórica; se analiza al candidato ganador, pero no a quienes votaron por él ¿Cómo llegaron hasta ahí?

Durante el sexenio de Salinas de Gortari fuimos engañados con el cuento de que éramos de primer mundo: ahí comenzó la programación mental del “chip regio”, que delegaba sus derechos humanos en los políticos y empresarios; luego el engaño se profundizó con Fox: aparte de que ya éramos de primer mundo ora también ya éramos una gran democracia. La descomposición brutal de nuestras relaciones como sociedad se aceleró durante el gobierno de Natividad González Parás, e hizo crisis con Rodrigo Medina. Cierto, de 1994 a 2009 hubo valientes activistas que resistían pero la población estaba en otro lado; esas y esos activistas gritaban para llamar su atención pero no eran escuchados; les gritaban: ¡pónganse a jalar! Fue hasta que la bestializada violencia destruyó la realidad de fantasía que nos habíamos creído que poco a poco la población fue tomando conciencia y así, también poco a poco, comenzó a cuestionarse y protestar. Las movilizaciones por distintas causas entre 2010 y 2014 son los detonadores que, ahora sí, eran escuchados por una población que tímidamente se iba uniendo.

La crisis total del sistema durante el gobierno de Rodrigo Medina fue el catalizador que hizo que creciera de manera irracional la opción contra los partidos políticos. La baja politización de la población y el temor a ejercer acciones de fuerza contra el sistema hicieron que todo se volcará en la opción electoral. Esto lo leyeron muy bien quienes apoyaron al Bronco desde el ámbito político y empresarial. La victoria electoral es sólo una fase más de ese devenir histórico que todo parece indicar ha comenzado a transformar por completo el estereotipo del regio. Nuevo León no volverá a ser el mismo después de la crisis de corrupción y violencia, pero tampoco se ajustará a manuales de derecha o de izquierda: estamos en una fase donde nace algo nuevo pero hay que quitarse los ojos para poder verlo con otros muy diferentes.

¿Qué sigue en este proceso? Profundizar. Reconstruir las relaciones entre todas y todos desterrando la violencia estructural, organizar Juntas Vecinales Autónomas e independientes donde sean las y los vecinos los que planten cara a los problemas cotidianos y, ya con fuerza comunitaria, exigir a los gobernantes que manden obedeciendo. Aceptar que no estamos preparados ideológicamente y fomentar la formación con técnicas educativas que hagan sencillo comprender temas complejos. Sería ideal que esas Juntas Vecinales Autónomas en la siguiente elección impusieran a los candidatos que en verdad les representen y terminaran de destruir a la clase política neoleonesa. Hoy la población ha recuperado la autoestima, haiga sido como haiga sido, hoy la población se siente con poder, pero la realidad es que no tiene cómo ejercerlo, por eso el siguiente paso lógico es la organización comunitaria en todos los barrios y colonias. Porque el Bronco no resolverá los problemas, es más, será muy difícil que pueda ir contra los poderes económicos locales, contra el gobierno federal y contra las políticas que se imponen desde Estados Unidos.

Resolver los problemas significaría pasar por todo ello y Jaime Rodríguez no lo va a hacer. Quienes debemos hacerlo somos todas y todos organizados, con Jaime o sin Jaime, con Elizondo o sin Elizondo.

Lo que pasó el domingo 7 de junio tiene raíces históricas que no debemos perder de vista, para que no retrocedamos ni un milímetro en los pocos avances logrados hasta hoy. Desde esas Autonomías Urbanas debemos ir definiendo qué es el Otro Regio/a y defenderlo de todos los políticos a la mexicana.

PD. Somos parte de una rebelión generalizada en todo el país y por tanto también debemos ser empáticos y solidarios con quienes luchan en ella. No somos una isla.

 

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