Suscribete

 
1991 14 Diciembre 2015

 

 

Aquel muchacho con potencial
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Conocí a Jorge Villegas allá por el año sesenta. Los dos nos formamos en El Porvenir en los años de oro del periódico de la frontera. El maestro Francisco Cerda aquilató desde un principio el potencial de aquel muchacho de veintidós años.

Jorge se abrió paso a fuerza de trabajo y tenacidad. En este oficio no es fácil hacer la faena. Nuestro personaje terminaba la tarea de edición y revisión de la “princesa” (la primera página) entre las dos y las tres de la madrugada y a las siete ya estaba en la Facultad de Derecho. Y así fue durante todos los años que invirtió en su formación universitaria. Al tiempo que estudiaba sus libros de texto leía a los apuntes de grandes maestros de la profesión.

El Porvenir tuvo, durante buen rato, una de las mejores Redacciones del país: Romeo Ortiz Morales, Raymundo Yzcoa, Antonio Elizondo y otras grandes figuras de nuestro universo. Yzcoa convirtió la página tres de la primera sección en una catedral de letras, papel y tinta. Era el espacio donde el güero publicaba las notas de interés humano.

Villegas heredó esa y otras responsabilidades y confirmó su alto nivel profesional. Todavía recuerdo el manejo que le dio a un cable que informaba de las aventuras y desventuras de la tripulación de una aeronave que transportaba animales a un zoológico de Estados Unidos. De alguna manera, un león salió de la jaula y entró a la cabina del piloto.

En JV hacían cita amor al oficio, inteligencia, olfato profesional, una sólida cultura y la resiliencia que hace falta para trabajar todas las horas y todos los días que son necesarios. Jorge ya hizo suyo el Gran Misterio. Llegó al final del camino, como sucederá con todos. “Tu mañana aguarda detrás de la paciente oscuridad”, escribió Tagore.

Pie de página
La Iglesia católica en manos de Lutero. El gobierno de Rodríguez Calderón tuvo a bien anunciarnos que Ismael Flores, líder del cetemio local, tendrá mano en la “reorganización” del transporte público. Haría falta una computadora para llevar la cuenta de la cantidad de taxis y camiones dizque de pasajeros que son propiedad del cetemista. Esto, sin contar la chatarra rodante a nombre de la central. Ismael, cacique histórico de Ciudad Guadalupe, tiene el cinismo de “condenar” la corrupción. El Bronco todavía no termina de cocer el arroz y ya le aparecieron muchos prietitos.

hugo1857@outlook.com

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com