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1993 16 Diciembre 2015

 

 

No sé qué es peor
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Un derecho y un revés. El mensaje de la cueca chilena cuadra a la perfección con el estilo o falta de estilo de Rodríguez Calderón. Es sano y bueno que el gobernador archive el proyecto de castigarnos con la verificación vehicular.

Aquí se nos muestra el ingeniero agrónomo bajo su mejor luz. Atendió, finalmente, al clamor generalizado de sus gobernados. Y entendió que es labor más que difícil gobernar con la sociedad, el Congreso y la TV en contra.

Lo malo es que apenas el sábado pasado el ex edil de García insistió que estaba dispuesto a usar el veto si la Legislatura le ponía más piedras en el camino hacia la VV que es, finalmente, un intento de allegarse fondos. Unas cuarenta y ocho horas más tarde, el Ejecutivo volvió a dar muestras de sus inconsistencias.

Fue el secretario general de Gobierno, Manuel González Flores, quien, como dicen los italianos, se tuvo que comer el sapo. La VV se convirtió en un poderoso ariete que golpea la credibilidad de la administración. Es la tercera vez que, sólo en este rubro, cambia de ruta  el galeanense. Prometió, en la campaña, que no resucitaría a ese monstruo de la corrupción. Ya en el palacio de cantera, se desdijo y nos dijo que la VV es necesaria… para combatir la contaminación ambiental. Nadie comulgó con esa rueda de molino.

Si en este campo algo hemos aprendido los nuevoleoneses
es que respiramos un aire tóxico por las emanaciones de las industrias y la polvareda de las pedreras. Y sí, de esto sabemos un poco. Por algo Nuevo León tiene el primer lugar en atmósfera envenenada. Entiendo y acepto que el caballista se vea obligado a rascar el fondo de la olla: los Medina dejaron a Nuevo León en quiebra.

Lo que resulta inaceptable es que Jaime Heliodoro y su corte nos quieran ver la cara de retrasados mentales cuando nos dicen que la verificación vehicular es un instrumento para reducir los índices de polución. Sí, hay muchos tontos aquí. Por algo somos la cuna del PUP.

Sin embargo, ni son todos los que están ni están todos los que son. Es de sabios cambiar de opinión. Pero, lo que tenemos aquí, en primer término, es una defectuosa comunicación entre el Bronco y su equipo. Y, en segundo lugar, vemos o, mejor dicho, sufrimos una inaceptable falta de seriedad por parte de la gente que nos gobierna. Eso, o un Ejecutivo que habla sin pensar en las consecuencias de lo que dice. No sé qué es peor.  

hugo1857@outlook.com

 

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