Todo sobre Margarita
Eloy Garza González
Monterrey.- Un clásico del cine es “All about Eve” (Todo sobre Eva), filmada en 1950 y protagonizada por Bette Davis, una de las mejores actrices, si no es que la más grande de todos los tiempos. Pero en realidad la trama gira en torno a otro personaje: la malvada Eve Harrington, interpretada por Anne Baxter.
Eve simula sentimientos que no tiene, disfraza sus afectos, engaña y manipula a cualquiera que tenga influencia, con tal de cumplir sus ambiciones de ser figura popular. Al final queda como trepadora, una gandalla; adinerada, pero mal vista por propios y extraños.
Margarita Arellanes, la ex alcaldesa de Monterrey, recuerda mucho el carácter de Eva Harrington. Margarita recurrió al engaño e hizo extraños compañeros de política: se amafió con Juan José Rojas Cardona, el Zar de los Casinos, para clausurar los demás garitos de maquinitas que no fueran suyos.
Como delegada de Desarrollo Social, Margarita ya había aprovechado los estragos del huracán Alex para echarse a la bolsa los recursos que le envió la Federación. Pero la alcaldía de Monterrey la sumió en el delirium tremens: le hizo creer que, a pesar de sus limitaciones y frivolidades, podía llegar a ser gobernadora.
Entonces compró voluntades y espacios en los medios masivos forjando amistades raras con sus dueños. Corrió del ayuntamiento a los empleados que no se le sometieron. Traicionó a sus aliados y se llevó cuanto quiso y como quiso. Luego contrató un despacho de abogados para que la defendieran, pagándoles sus honorarios del propio ayuntamiento: todo un sinsentido.
Al final de la película “All about Eve”, la protagonista se gana la más importante presea de la farándula. Pero Margarita no ganó siquiera la mínima simpatía popular. Lo extraño es que el PAN (su partido hasta el momento), todavía la invita a dar conferencias sobre gestión pública, tema que Margarita ignora por completo, a no ser que explique las técnicas para dejar un municipio en bancarrota. Una Eve Harrington regiomontana de pies a cabeza, aunque, ciertamente, Eve al menos, tenía todo natural.
