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2053 9 Marzo 2016

 

 

¡Porque soy mujer como cualquiera!
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- “Día internacional de la mujer”. Tan falsos el sustantivo como el genitivo de la oración. Si así está la cosa no hay nada qué celebrarle a un sujeto fantasmal en un planeta macho.

No existe en ningún lugar del globo ningún sujeto “mujer”. Este es sólo una categoría demográfica vacante que ya no nos sirve para mucho, aparte de estereotipar y dar pauta a la gandallez del feminismo constipado.

Lo que hay en este planeta hombruno son “mujeres”, en plural y aunque nos cueste una letrita extra. Tan distinguidas, dulces o mezquinas como su respectiva pertenencia a una lengua, nacionalidad, religión, partido, ocupación, orientación sexual, clase social, nivel educativo, ingreso económico,  gestión de poder y mando, dinámica familiar, edad, capacidad reproductiva, posición política, morfología, concordancia sexo-genérica, ideología, contrato matrimonial, etcétera.

¿Es menos mujer una chica transexual que nació hombre y se enfrenta al mundo desde el sexo opuesto? ¿Es más mujer mi abuela Lorenza que parió montones de hijos pero nunca tuvo voz ni voto en su sufrida existencia?
Hipócrita y retórica, la opinión pendejamente correcta derrocha felicitaciones y alabanzas, conmemora y aplaude, publica desplegados, escribe apologías, intoxica con pastelillos, reparte flores y osos de peluche. Hasta las instituciones más conservadoras, charras y misóginas organizan foros y debates. Bendicen a “la mujer”.

No hay mucho qué celebrarle a la maldición de haber nacido gonadalmente mujer en un mundo regido por la hegemonía patriarcal de machos... y hembras. Es sólo una entre muchas coartadas comerciales para vender publicidad, bombas de carbohidratos, sobaditas de hombro y autoelogios con lenguaje gastadísimo.

Como otras fechas destacadas en nuestro calendario laico, el día 8 de marzo es tan chocante como el discurso machacón que insiste en ubicar al género más invisible como algo destacable, delicado, bien maquillado, nalgoncito, eróticamente deseable.

Veo en la prensa tres desplegados que se publican (El Norte) a propósito de tan ultrajada efeméride.

1. El municipio de Apodaca dedica un cuarto de página en la sección de espectáculos de la prensa escrita para enviar felicitaciones a las féminas. Su contenido reza: “Apodaca, el orgullo de Nuevo León, felicita a todas las mujeres y reconoce su esfuerzo y dedicación en su labor diaria.”

¿Cuál es esa labor cotidiana específica de las mujeres que inspira tanto encomio y reconocimiento del  ayuntamiento apodaquense? ¿Estar atadas a doble o triple jornada doméstica sin remuneración, como esclavas sexuales de un pelafustán, ocupaditas en alguna empresa con salarios de hambre? Eso no importa porque el tema requiere mucho más espacio y esfuerzo intelectual, más voluntad política para destrabar el círculo vicioso que sojuzga y destruye la integridad femenina. Mejor que ahí muera. El edil de un municipio metropolitano atiborrado de problemas, con ultracrecimiento de microcasitas, rebasado por la delincuencia, invierte el ralo presupuesto para pintar florecitas en papel periódico. Quiere quedar bien con ese sector que no pasa de aportar votos y lucir más bonito por bien portadito en los ínfimos niveles de ingreso e influencia en las políticas públicas.

2. El famoso “Ginequito” (sic), “El hospital de la mujer y su familia” también se pinta de rosa palo para endilgar en tan señalada jornada su respectiva aportación. Con media plana  en el diario se dirige a su clasemediero público mujeril.

Las costuras del lucro económico del hospital materno-infantil se notan a trasluz. Se avienta al ruedo con un horripilante gerundiazo: “Celebrando el mes de la MUJER”. La mujercita en singular se resalta con letras mayúsculas, para que no quede ninguna duda de la oferta que viene después:

“Asiste este 12 de marzo a nuestras conferencias realizadas especialmente para ti por ser mujer. Habrá valoraciones sin costo (várices y nutrición) y rifa de check ups. Cupo limitado. Entrada gratuita.” Temas de las conferencias de la cliniquita que tanto valora el uterito de las ñoras y ñoritas: “¿Cómo saber si mi embarazo es de alto riesgo?”, “Medicina preventiva en las diferentes etapas de la mujer: adolescencia, edad reproductiva, menopausia.”

El Ginequito, cuyas consultas de su aséptico, muy humano y competente cuerpo médico rondan los 50 dólares en promedio, no sería nada sin la rapaz industria de la medicina privada y la quiebra de la salud pública mexicana. Las mujeres de clase baja o ignorantes del idioma inglés quedan en automático excluidas de tan cacareada fiesta de la salud femenina.

3.Farmacias del Ahorro echó la casa por la ventana y contrató una plana completa. Una chica ríe con carcajada ahogada en Prozac, mientras agarra con la mano izquierda un buqué de flores fragantes. La leyenda al pie del anuncio-tributo dice: “Tu belleza nos motiva a consentirte todos los días”. Sin comentarios.

Si usted es de las personas que saben leer entre líneas, seguramente ya detectó la trampa discursiva que naturaliza y legitima la reproductividad como único horizonte y la subordinación de las mujeres en tanto objetos reproductivos con relación al biopoder masculino. Esos son los modelos a seguir por el cuerpo del viejerío, el tiránico ideal de género del cual hay que aprovechar hasta el último centavo y óvulo fecundable. El estereotipo deja pingües dividendos.

Apuesto que estos botones de muestra fueron fraguados por un calculador cerebro macho, que aplaude “el Día de la Mujer”, una muy explotable ventana del oportunismo político y económico.

Support fucking women, make a lot of money!


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