MALDITOS HIPSTERS
El Superhombre contra el Semidios
Luis Valdez

Monterrey.- La gente no debería ponerse histérica porque una película no es fiel a su contenido original. Una película de cine es para los que van al cine, no sólo para los que leen cómics o vieron una serie y ya se la creen de críticos conservadores.

Una película como Batman vs Supermán es mero entretenimiento. Y no está mal si la vemos de esta manera, con todo y sus avances previos a la función, y los vasos que despachan en la dulcería. ¿Qué si ya no usan calzones sobre las mallas? ¿Qué si el hombre murciélago tiene que ponerse una armadura?

Películas del mainstream que para empezar son producciones de grandes empresas (no son del concepto independiente) y deben atenerse a las fechas y números de ganancias, no son hechas desde el corazón para llegar al corazón. No les conviene hacer un homenaje a la nostalgia pero tampoco trabajar sólo para adolescentes. Cualquiera de los dos extremos le haría perder audiencia. Una producción de Batman, dirigida por Darren Aronofsky corre más el riesgo a perder dinero que a ganarlo. Mejor alguien que haya obtenido un buen de lana por otro filme como, digamos, 300.

Atrás ha quedado la cuestión del enfrentamiento entre dos semidioses. Uno representando al poderoso que ha venido de otro lugar para protegernos (no para salvarnos, eso ya es religión). El otro, un hombre como cualquiera, que siente dolor y que necesita astucia o le romperán el cuello en cualquier momento. Lo único que hace que el hombre sobreviva ante las demás especies, y como individuo ante la misma, es la inteligencia para inventar y utilizar. Véase el inicio de la película 2001 Odisea del espacio. ¿Batman, el hombre, es más inteligente que el superhombre? Sí.

La inteligencia y la desconfianza de lo que pudiera venir del más allá (dígase otros planetas, otros planos: Kriptón o el cielo o el infierno) es lo que no nos hace depender de los regalos de los dioses. Batman es más un superhombre que un semidios. Supermán (valga la redundancia en la traducción tan simplona, pero “hombre de acero” suena tan absurdo) es un semidios pero no es un superhombre. No puede ser la evolución, porque nunca ha sido un humano, pero tampoco un avance en nuestra inteligencia, porque su inocencia es víctima de una formación pueblerina de Arkansas, con padres cristianos que le han enseñado a limitarse, a tener compasión por las criaturas débiles y a sacrificarse si es necesario.  ¿Batman sería capaz de sacrificarse? Puede que por una mujer o un niño, pero por un adulto no lo creo. Porque es un igual. Supermán sí estaría dispuesto a sacrificarse por cualquiera porque nadie es su igual.

El superhombre pudiera ser un paso evolutivo para la humanidad, pero no crea mártires ni salvadores. Su papel es cuestionar a los que se visten de dioses y semidioses.

Pero claro, como toda producción comercial, los realizadores prefieren dejarnos a medias (en la historia y en nuestras conclusiones) porque eso nos asegurará como sus consumidores de las secuelas que se requieran. El nuestro es un mundo donde dinero físico y virtual debe dar vueltas como vapor que mantiene una máquina en constante presión y movimiento.