DISPARATES
Acomodadizos
Armando Hugo Ortiz

Monterrey.- Hace 19 años el PRI perdió por primera vez el Congreso de la Unión, cuando solo obtuvo el 39.1% de los votos. Sumados el PAN (26.6) y el PRD (25.7) consiguieron mayoría absoluta. Eran sus presidentes respectivos Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.

Fue voto de castigo contra la administración de Ernesto Zedillo, y sus salvajes medidas económicas contra la población, luego del error de diciembre, y por la corrupción sin freno de Salinas de Gortari y su cáfila de maleantes.

Desde las postrimerías del salinato en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZNL) cimbró al país exigiendo un cambio a fondo, mas nunca incursionó ni propuso la vía electoral.

En ese 1997, el gobernador de Guanajuato, Vicente Fox Quezada, aprovechando el momento, anunció su proyecto de obtener la candidatura partidista a la presidencia de la república. Con él, Acción Nacional recibió en 2000 la llave de los Pinos. Conocida es la tragedia nacional, luego de dos sexenios de similar ineptitud y corrupción, el blanquiazul devolvió la llave de Palacio Nacional.

Para paliar la frustración, su dirigencia firmó en 2012, junto con el PRD, el Pacto por México, redactado por la nueva cáfila de maleantes, con Peña Nieto al mando; ambos partidos mamaron suculentas recompensas.

El “voto de castigo” contra el PRI en 2016, no se debe a  ellos, sino a quienes exhibieron su podredumbre: Carmen Aristegui, los periodistas muertos y desaparecidos, los profesores de la CNTE (aguerridos desde 1979), López Obrador y su Morena, más otros no tan conocidos.

Aprovechando la euforia de este domingo, Margarita Zavala declaró: “seré la candidata del PAN en 2018 y vamos a ganar”; añade que Ricardo Anaya y los militantes tienen mérito en la victoria, pero ella se siente partícipe.  

Ya se calzó las botas de Fox.

 a_hugo16@hotmail.com