Aviva la fuerza.

recupera los sentimientos,

hurga en ti para encontrar el espíritu,

analiza cómo te ves a ti mismo,

observa a tus hijos y te darán la pauta para recordar tus tiempos románticos.

Recuerda cuáles son los detalles que te gustan de tus seres queridos,

estrecha el contacto con ellos,

observa y reflexiona sobre sus logros, actitudes y acciones,

demuéstrales tu cariño, haciendo algo por o para ellos.

Aparte de tus habilidades y talentos,

encuentra otro camino personal que te haga brillar con luz propia,

todas las personas son artistas, date cuenta de cuál es tu arte,

a veces resulta difícil detectarlo,

se puede encontrar en lo relacionado al trabajo o la vida diaria.

Descubre el fin y lo bello de tus actos diarios

y verás que mejora tu calidad de vida,

entrégate más a tu persona, al trabajo, a tu familia,

disfruta, concéntrate en las actividades que todavía te aportan alguna satisfacción.

Deja espacio para que otros muestren su persona,

acepta su colaboración y ayuda,

no controles totalmente su vida,

déjales un espacio vital.

Recuerda que la seguridad no existe,

se desbarata a cada momento,

pero también se puede construir una fortaleza constantemente,

mira hacia un punto y recuerda tus objetivos.

Ocasionalmente da tiempo a la charla,

organiza el trabajo para no realizarlo hasta altas horas de la noche,

no se acaba el mundo si sucede algo sin importancia.

Regresa a la primera impresión y recuerda

¿qué era lo que te importaba cuando te asignaron tu primer trabajo?

¿qué disfrutabas cuando eras niño?

¿qué añorabas?

¿cómo fueron tus primeros logros?

El pasado parece mejor en retrospectiva,

puedes volver atrás

y recordar el esfuerzo que realizaste para valorar lo que ahora eres

y al mismo tiempo avanzar hacia el futuro.

Siéntete más cómodo con tu potencial interior,

la seguridad se encuentra en el corazón,

en la voluntad, no sólo en lo material, sino en la forma de vivir,

aún en la soledad, reencuéntrate y haz lo que tu corazón y tu conciencia te pidan.

Realiza una introspección en tu alma,

transfórmate en una versión más serena y más segura de tu persona,

elimina la tensión e irritabilidad, fruto de la infelicidad y frustración,

dedica más tiempo a superar errores que a mostrar frustraciones.

Descubre los miedos de los otros por no cubrir expectativas,

por la incapacidad para relacionarse,

compréndelos y anímalos.

Siéntete invadido de una enorme confianza,

en comunión con la etapa de la vida que has alcanzado,

déjate querer por tu familia,

permanece en paz contigo mismo.

Busca el refugio necesario para las dolorosas emociones,

a pesar de ellas puedes seguir compartiendo el viaje de la vida,

ya vendrán lecciones más placenteras.

Valora, si es tu caso,

que posees una familia, una casa y una maravillosa vida compartida,

alimenta tu ser al ver a la gente unida,

graba en tu memoria la chispa, el entusiasmo y el amor que se emana.

Trata de vivir en plenitud hoy y siempre.

¡Siéntete satisfecho… habrás cumplido!

Ruth Cordero Bencomo

ruthcordero1@yahoo.com

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