Suscribete
 
1097 9 Julio 2012

 

Omisiones y justificaciones
Irma Alma Ochoa Treviño

Monterrey.- Por la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México
(ENADIS 2010), nos enteramos que el 27.9% de las y los adultos mayores a
los 60 años, ha sentido alguna vez que sus derechos no han sido
respetados debido a la edad. Por las violaciones cometidas en el asilo Casa
Alejandra, de la colonia Cumbres, nos enteramos que quienes hasta hace
poco lo habitaron no sólo lo sentían, lo vivían.

En una nota publicada el pasado junio 29, Milenio Monterrey, reveló que
una decena de ancianos y ancianas eran víctimas de actos violentos por
parte de los dueños y las empleadas del lugar, supuestamente destinado a
dar albergue a personas mayores.

Las víctimas de este asilo manifestaron haber sido golpeadas, drogadas,
jalonadas del cabello y amarradas a sus camas para que no se levantaran,
mientras las encargadas dormían. Para rescatar a las víctimas y aprehender
a los presuntos culpables fue necesaria la intervención de la Fuerza Civil.

Es difícil desentrañar la iniquidad con que se engalanan algunos sujetos.
Motivo de escándalo es que, al ser detenido el propietario del
establecimiento, dijera ser intocable e influyente por su consanguinidad con
algún empleado de la Procuraduría General de Justicia. Al final se verá si en
Nuevo León pesa más el parentesco o el martillo de la justicia.

Aún se ignora el desenlace de este asunto, que enmarca las violaciones a
los derechos de las personas mayores de edad. La cual no se hubiera
conocido de no ser por una empleada, cuya conciencia le impidió ser
partícipe de semejante atropello y, armándose de valor, llamó a los cuerpos
de socorro solicitando apoyo para una mujer que estaba al borde de un
colapso, debido a las drogas que le suministraban para mantenerla dormida.

La Secretaría de Salud fue advertida de algunas irregularidades antes que
los medios dieran a conocer los hechos. Lo anterior se hizo a través de un
correo electrónico enviado por la sobrina de una usuaria, quien también
aseguró haber solicitado a la secretaria de Sergio Maltos, titular de
Regulación Sanitaria de la SSNL, un listado de los asilos autorizados y los
requerimientos, sin obtener respuesta favorable a su petición.

El asilo operaba sin el permiso correspondiente que otorga la Secretaría de
Salud. Pero, eso no obsta para que se inspeccionara el establecimiento. La
Secretaría es omisa al no atender la advertencia. Incumplió el punto 8.1.2
de la Norma Oficial Mexicana NOM-167-SSA1-1997, relativa a la prestación
de servicios de asistencia social en casa hogar y albergues para adultos
mayores que establece el deber de atender las quejas y sugerencias de
usuarios y familiares.

Cuando las redes familiares son limitadas o cuando no se tiene la capacidad
para atender con la debida diligencia a algún miembro de la familia, mayor
de edad o delicado de salud, se busca un espacio que lo cobije, proteja y
atienda sus necesidades. En esta búsqueda se hallan varias casas hogar o
albergues temporales operados por personas solidarias, comprometidas,
respetuosas y cariñosas. Aunque también se encuentran otras que lucran
con la necesidad ajena. ¡Vaya que las hay!

Meses atrás, por motivos de salud, busqué un albergue temporal para que
atendieran a mi mamá, en el extremo de que yo no pudiese hacerlo. Antes
de hospitalizarme recorrí varios asilos y casas de cuidado temporal. Con
facilidad conseguí los domicilios, por las visitas que hacen allegados a la
iglesia, o por amistades y familiares que nos indicaban el rumbo o la
cercanía con la casa de alguien conocido. ¿No podría ser éste un recurso
para que la Secretaría de Salud conociese a los que operan en el
clandestinaje?

Con voluntad y disposición de servicio se puede llegar a los asilos,
albergues temporales o casas-hogar que operan en clandestinidad. No se
vale que la falta de registro se utilice como escudo. Basta de justificar las
omisiones. Se necesita voluntad para eliminar las deficiencias y para que no
se cometan más descuidos o negligencias.

El asunto no es menor. El reciente censo registró a más de 10 millones de
personas en este segmento poblacional. Con el alza de la esperanza de
vida al nacer este sector sigue creciendo, se advierte la necesidad de más
albergues, asilos y casas temporales. Ojalá el gobierno diseñe y materialice
políticas públicas suficientes y eficientes para dar respuesta a esta
necesidad.

De inicio, otro México sería posible si se acataran las normas sustentadas
en los principios universales, donde la desigualdad, la discriminación, la
violencia, la corrupción y la impunidad sean cosa del pasado. Las
multitudinarias marchas convocadas a través de las redes sociales revelan
que el pueblo está cansado y exige liberarse de los quistes de injusticia,
violencia, inseguridad e imposiciones.

Las y los mexicanos anhelamos un país donde sea práctica común el
respeto a los derechos humanos. Un país en donde la ética sea ejercicio
cotidiano, en donde no se quebranten las disposiciones legales ni se evada
las responsabilidades, en donde los méritos se ganen a pulso y no sean
concesiones graciosas.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com