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1104 18 Julio 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
La codicia del maíz
Francisco Gómez Maza

Importaciones millonarias desde Sudáfrica
Severos daños a los productores locales

Ciudad de México.- Va acallándose la alharaca electoral y comienzan a destaparse otras cloacas: para los hombres de maíz, que de maíz están modelados los mexicanos, maíz blanco transgénico de Sudáfrica, libre de impuestos, y qué importa que los productores nacionales pierdan millonadas.

Resulta que los maiceros de Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Morelos, Guerrero, estado de México, Veracruz, Coahuila y otros estados, se quedaron prácticamente con una mano atrás y otra adelante porque no pueden competir con el maíz importado más barato, pues aparte de ser subsidiado por el gobierno sudafricano, no paga aranceles al ingresar a México.

El calvario de los productores mexicanos –que por cierto mandaron al carajo a la Confederación Nacional Campesina, el sector campesino inexistente del PRI– comenzó cuando el gobierno de Calderón, por medio de Bruno Ferrari, secretario de Economía, dio facilidades a dos grandes empresas harineras y a los grandes comercializadores (ADM y Cargill) de importar casi 2.000,000 de toneladas de maíz transgénico para consumo humano proveniente de Sudáfrica.

Y lo peor de todo es que el maíz sudafricano entró a México sin pagar un quinto de aranceles, en los momentos en que se estaba levantando la cosecha de Jalisco y antes de la de Sinaloa, Tamaulipas, Guerrero y Veracruz. Dos millones 140 mil toneladas de maíz mexicano  -cosechadas o en proceso de cosecha– tienen hoy problemas para ser comercializadas.

El indecente de Ferrari permitió que las empresas harineras surtieran sus inventarios en un país africano con el que México no ha firmado jamás acuerdo o tratado de liberación comercial alguno, aunque la justificación de Bruno y de los empresarios fue que “con ello se detendría el alza de los precios de la tortilla”, el alimento por excelencia de la mayoría de la multimillonaria pobretada mexicana.

Pero no obstante las compras millonarias del grano y la puesta en jaque a los maiceros nacionales, los precios de la tortilla no sólo no fueron controlados, sino que se dispararon en buena parte porque las propias empresas ya habían incrementado el precio de la harina con el argumento de que ya compraban maíz mexicano a más de 5,300 pesos la tonelada, aunque el hecho fue que sólo un pequeño lote cosechado en Jalisco fue comprado a ese precio. El resto del grano lo compraron a 4 mil 800.

Pero el palo ya estaba dado. Con ello, las harineras incrementaron sus utilidades en dos sentidos: pagando menos al productor y vendiendo más cara la harina al tortillero: entre 9 mil 800 pesos la tonelada de harina.

Gracias pues a la codicia de Bruno Ferrari, con la compra de maíz sudafricano, subsidiado por el gobierno de Sudáfrica, lo que no está permitido por las leyes del comercio internacional, las empresas harineras llenaron sus inventarios, que hoy usan en contra de los productores nacionales, pues tienen existencias de grano suficientes hasta octubre, mes cuando sale la cosecha de Estados Unidos y después de la cosecha nacional de primavera verano. O sea: Ferrari les creó a las empresas las condiciones para especular sin importarle el daño a los productores nacionales.

La importación del maíz de Sudáfrica causó también daño al erario nacional, al dejar de cobrar el arancel OMC de 194% a 1.337,410 toneladas de grano a un precio promedio de 351 dólares tonelada, lo cual implicó que dejaran de ingresar recursos por 722.923,601 dólares.

Lo que de maíz se ha importado en los primeros cinco meses del año significa 25% más que lo importado en el mismo periodo de 2007, año en que el país enfrentó un severo desabasto y los precios de la tortilla se dispararon, en lo que entonces de denominó “La Crisis de la Tortilla”. En aquella temporada, el mismito Felipe Calderón llamó a la firma de un pacto de la tortilla entre los agentes económicos involucrados.

Hay que advertir que los productores nacionales de maíz están impedidos de producir maíz genéticamente modificado –transgénico-, llamado OGM. Se estima que hasta 2014 los maiceros podrán tener acceso, por ley, a usar esta biotecnología. Sin embargo, compiten en desventaja  en el mercado con estos tipos de maíz, desde 1998, cuando empezó a ingresar a México maíz amarillo transgénico para uso industrial y pecuario.

Ahora, los productores de todo el país, agremiados en la Confederación Nacional de Productores de Maíz, que renunciaron a su filiación cenecista, están analizando las alternativas legales para defenderse de la política neoliberal del gobierno de Calderón. Ayer se reunieron en un hotel de la ciudad de México para analizar la situación con la determinación de solicitar un amparo para que el gobierno les resarza las millonarias pérdidas causadas por la codicia del secretario Ferrari, para quien pedirán al Congreso un juicio político. El presidente de los maiceros, Héctor Carlos Salazar Arriaga, explicó a Análisis a Fondo que consultarán a los maiceros del país para unificar criterios a fin de emprender su batalla legal.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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