Modernización en Pemex
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- Emilio Lozoya Austin, imberbe y flamante director de Pemex, de 37 años, economista, que ha desempeñado un solo cargo público –analista de Banxico–, antes de ser ungido como titular de la paraestatal, es quien nos viene a decir varias cosas.
Que Pemex no se privatizará, se modernizará; que con ello se reducirá el costo de gasolinas y energéticos; que la empresa no está preparada para extraer crudo de aguas profundas y otros proyectos muy caros en los que se tienen que invertir miles de millones de dólares; que hoy Pemex no tiene la tecnología avanzada ni los recursos para acometer esa empresa; que por ello es importante diversificar riesgos junto con el sector privado.
Lozoya, egresado de economía del ITAM, abogado de la UNAM y con estudios en Harvard, perfil totalmente derechista, ha tenido trabajos sólo en la IP. Bajo las órdenes de Aspe, estuvo en Protego, la consultora para renegociar pasivos de las entidades; en la constructora OHL, favorecida por el poder; en Terradesign, constructora de vivienda; en Corporación Interamericana de Inversiones; en el fondo de inversión JF Holding.
Este servidor público de linaje político, con un abuelo que fue gobernador interino de Chihuahua y su padre ostentando cargos en el sexenio de Salinas, primero en el ISSSTE y luego en Energía, tiene pues, vínculos estrechos con el ex presidente y todo su equipo de desnacionalizados.
La Jornada de ayer, México SA, hace un recomendable y amplio recuento de las modernizaciones y democratizaciones que nos han impuesto los gobiernos neoliberales de De la Madrid para acá, donde el denominador común es la falsedad de esos dichos y el perjudicial efecto de las acciones emprendidas.
Desde el momento de su designación como titular de la paraestatal, se tuvo la certeza de que Lozoya fue asignado a ese empleo, por cubrir el perfil necesario para terminar con Pemex, por encima de Pedro Joaquín Coldwell, que en el papel, sólo en el papel, es cabeza de sector. ¿Qué se puede esperar de EPN-Lozoya? en realidad, nada; con el concurso además del PAN y de los chuchos, y la convalidación de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al aceptar que Lázaro Cárdenas Batel sea embajador de México en La Habana, la pinza está debidamente cerrada, con los buenos consejos de la dupla Salinas-Aspe.
El otro asunto central que abordaremos hoy es el relativo a la nada vergüenza que tienen los consejeros del IFE, con Valdés Zurita a la cabeza. ¿Cómo está eso de que exoneraron a EPN-PRI de las cuentas y cuentos de Monex?, ¿cómo está eso de que quien rebasó los topes de campaña fue AMLO y no EPN?, ¿qué elecciones calificaron los subordinados, obsecuentes y paniaguados consejeros del IFE?, ¿tan ciegos son que no vieron el derroche de recursos de EPN en su campaña?, ¿hasta ese grado de sumisión llegan, sin recato alguno? La calumnia sobre AMLO debería ser sancionada, deben ser sometidos a juicio político. Y nos quejábamos de Ugalde. ¡Cómo estará el fraude, que Milenio-Marín-Ciro se pitorrean de las decisiones del IFE!
Entre el IFE y el IFAI, ni a cual irle. A ver quién cuestiona aquella frase de AMLO: "al diablo con sus instituciones".
En el terreno del descaro, el PRI está cepillando la pista sobre la que harán la paces con EEGM, con lo que la señora volverá al pandero de los buenos y grandes negocios con la educación como bandera.
La desvergüenza no tiene memoria, ni nada que se le parezca, ni de una ni de los otros.
El robusto gobernador de Banxico, fiel a su optimismo desbordado, descartó un riesgo sistémico que se podría generar por la deuda de estados y municipios. Apenas representan 3.5 por ciento del PIB y, por tanto, no es tema toral, afirmó el ínclito Carstens. Por supuesto no dijo nada acerca de la deuda federal cada vez más creciente y mucho menos del pasivo contingente representado por las pensiones y jubilaciones, que significa la friolera de más de 18 billones de pesos. Quien se expresó en términos de preocupación, fue la calificadora Fitch Ratings, que afirmó que se observa que ese gasto creció 20 por ciento, en tanto los ingresos sólo 8.5 por ciento, y que se hace necesario un esquema para garantizar el pago de esos conceptos.
Sobre la deuda de los estados y municipios, Videgaray afirmó que no habrá rescate y les ofreció apoyo para renegociar mediante la banca de desarrollo. Esto, traducido al buen cristiano, quiere decir que los pasivos en comento serán impagables, no sólo en el corto plazo, sino en el largo plazo, con lo que la capacidad de maniobra para ejecución de obra pública pasará a segundo renglón, atenidos sólo a lo que la federación haga. El porvenir de los mexicanos que viven en esos "paraísos", generados mayormente por los priístas y con soluciones priístas, estarán destinando al país al inmovilismo. ¿Y para eso tanta maestría y doctorado? Qué desperdicio.
El PAN en su caminar incierto por la política nacional, ahora en voz de Madero, dice algo que resulta ser cierto: lo que antes criticaban ahora lo apoyan. Refiriéndose al PRI y a la privatización de Pemex. Cosas veredes, Mío Cid.
Por su parte, para no desperdiciar el tiempo y curarse en salud, Osorio declaró que la violencia no bajará de la noche a la mañana; el problema es muy serio. Que nadie espere una disminución sensible, precisó el titular de Segob, refiriéndose a otro programa de seguridad consistente en operativos carreteros para combatir la inseguridad.
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