Parecía que lo teníamos
Claudia Garza del Toro
Saltillo.- Luego de las declaraciones de Peña y Beltrones sobre el caso Humberto Moreira, Rubén Moreira sale del mutis y con declaraciones nada comprometedoras y hasta increíblemente estúpidas, sigue la línea de la cúpula priista.
Para desgracia nuestra, pudimos “leer” en dichas declaraciones que se protegería al ex presidente del PRI, y casi adivinamos que saldría hasta “exculpado” de todas las acusaciones.
No nos equivocamos, Humberto Moreira sale libre y poco importaron el tamaño de los delitos por los cuales fue detenido y donde además alimentaron nuestra esperanza de tener algo de justicia cuando se especuló de los años de cárcel que pasaría este personaje, al menos en España.
Los delitos de lavado de capitales, malversación de recursos públicos, cohecho y organización criminal no bastaron para mantenerlo en la cárcel y hacer justicia para los coahuilenses y los mexicanos que seguimos esperando a que el Estado haga su trabajo, que investigue sobre la ilegal deuda que se contrajo durante el periodo de él como gobernador, de su enriquecimiento ilícito; lo que no solo no hizo, sino por el contrario intervino en su defensa como lo acabamos de ver. La intervención de la PGR en la defensa de Humberto Moreira, ha sido un acto cínico del estado que corrobora lo antes mencionado.
En el proceso, nos enteramos de más agravios para nosotros, el pueblo, como por ejemplo la suma exorbitante de pago (2 millones de dólares) a los abogados del ex dirigente; la postura del gobierno y de las instituciones encargadas de la impartición de justicia en desestimar la colusión del hermano Rubén Moreira, actual gobernador del estado en todo lo que respecta a Humberto Moreira.
En Coahuila y en México hablar de “conflicto de intereses”, o “nepotismo” no significa nada, ya que no están tipificados como delitos; recordemos que en febrero de 2015 los diputados rechazaron la legislación al respecto de “combate a la corrupción”, a pesar de que en el senado se había aprobado con 107 votos. Acá se castiga más al que roba un pan que a estos corruptos delincuentes de cuello blanco.
Queda claro una vez más, que los ciudadanos para la justicia en México son de primera y luego los que nada le importamos al estado, somos inexistentes, los que solo importamos para mover el engranaje económico del sistema.
En estos días vivimos en el estado de Coahuila y en el país un maremoto, se hicieron conjeturas, el pueblo una vez más creyó que habría justicia, pero ¿qué pasaba al interior del estado?
Pasaba que la maquinaria priista se movía y con un sinfín de estrategias minimizaba lo ocurrido, aquí vuelvo a la declaración del Gobernador, diciendo que esperaba que su hermano demostrara su inocencia. Esto, ya para algunos era indicio suficiente para saber que el profe saldría exculpado de toda acusación.
Escribo esto porque quiero dar testimonio de una parte de cómo operó el aparato gubernamental para minimizar los daños y revertir la opinión pública.
Me tocó estar en diversos medios de la región en entrevistas, sobre todo de radio, promoviendo la visita de un notable intelectual de izquierda, Paco I. Taibo II.
La rabia, coraje e impotencia que me invadía se incrementaba conforme avanzaba de programa en programa de radio.
En todas las difusoras estaba prohibido tocar el tema “del momento”, incluso se detectaba el temor de algunos reporteros solo de verme, ya que como integrante de Morena pensaban que no iba a dejar pasar la oportunidad de dar una postura al respecto, que por cierto sabían que no sería favorecedora para el ex líder. Me corren –decían–, ya sabes cómo es esto.
Ni como dirigente de Morena me querían presentar en algunas; del tiempo ni hablar, solo lo indispensable y listo para afuera, pero eso sí, a la noticia amarillista del momento hasta medio programa le dedicaban.
El asunto no es novedad, ¿quién no sabe en Coahuila que los Moreira compraron directa o indirectamente los medios de nuestro estado para controlarlos? Todos lo sabemos, ¿verdad?
El asunto acá es que efectivamente ya salió libre Humberto Moreira, la primera declaración de Peña Nieto lo dejaba ver, importante es ponderar el tamaño de la colusión de Peña con Humberto Moreira, el hecho de haber salido a la defensa de éste y poner a la disposición el aparato del estado para lograrlo dice demasiado.
Otro factor que está para analizarse, es calcular la fuerza con la que quedan políticamente el Gobernador y su hermano, que deriva en la pregunta de los 64 mil: ¿será suficiente para imponer al candidato del PRI para Coahuila?
El tamaño de impunidad que necesitan hace pensar que sí, además la actuación de Peña da elementos para creer lo que se sabe hace tiempo, que gran parte de la deuda de Coahuila fue para financiar su campaña; el gobierno federal de igual manera necesita impunidad. Seguramente llegarán a acuerdos convenientes para ambos.
Y nosotros nos quedamos peor, con un muy mal sabor de boca; por momentos pensamos que lo teníamos en las manos y se nos fue. Así de grande es la corrupción e impunidad en nuestro México.
Solo resta decir que ya los conocemos, que se caracterizan por tener doble moral, de carecer de principios, valores y ética política; que las instituciones carecen de democracia y de representación para el pueblo, y que nosotros ya no merecemos que estos gobernantes nos representen.
Necesitamos sacarlos del poder a toda costa.
