HORIZONTE CIUDADANO
No a la resignación
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Saltillo.- Hoy se va. Con su estancia en Ciudad Juárez se clausura una permanencia de cinco días en los que ha habido de todo; al cierre de esta columna el final se acerca, mas aún no ocurre.
Digo que hasta ahora ha habido de todo: la crítica dura a una clase política hipócrita y farisaica, que se inclina ante el Pontífice para besar su anillo sin la menor turbación por violentar los principios laicos constitucionales, además de olvidar que en su desempeño como funcionarios públicos, muchos, casi todos, han hecho a un lado su deber de ser servidores públicos y se han dedicado a enriquecerse ilegal e impunemente como lo ha hecho aquí la dinastía del moreirato, y ahí estuvo Rubén Moreira en Palacio Nacional saludando al Papa, raza de víboras, sepulcros blanqueados (Cristo dixit), la vida fraudulenta en la que viven la ignoran; ver a Peña Nieto en misa en la Basílica de Guadalupe te abruma, pero, cada quién su vida.
En México, el 2° país más católico del mundo después de Brasil, en esta visita se ha observado un sano pluralismo, mesas de diálogo, analistas de prensa que han expresado sus desacuerdos o antagonismos con los discursos de Francisco, la defensa del Estado laico a todos conviene, dada la libertad de conciencia que la misma Iglesia católica reconoce, que cada quién crea lo que su conciencia le dicte, pero que la clase política no haga demagogia cuando tiene al País sumido en la desgracia con las desapariciones forzadas, la pobreza, la violencia y un largo etcétera.
El Papa se pronunció ayer por la no resignación y exigió a sus sacerdotes “no ser funcionarios de la fe y caer en la tentación de la resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino, una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras 'sacristías' y aparentes seguridades”, no es poco lo que pide Francisco, pero, ¿lo escucharán? cuántos ni se enterarán ni se darán por aludidos y seguirán encerrados en sus sacristías, es lo más cómodo.
Se sabe que para los clérigos no es fácil comprometerse en la defensa de los problemas de la gente, sobre todo en ésas regiones en las que los asesinatos de curas han sido una constante, como Guerrero, Veracruz, la ciudad de México, Chihuahua y Michoacán, no obstante el Pontífice los conminó a imitar a Vasco de Quiroga en su defensa de las etnias, ahora conformadas por 11 millones de indígenas mexicanos.
Desde ayer la afluencia de peregrinos a ciudad Juárez se incrementó notablemente. Organizaciones civiles del estado ya permanecen a orillas de la carretera por la que pasará Francisco para entregarle cartas y demandas de diferentes tipo a fin de que las haga públicas, campesinos y grupos de mujeres, madres de desaparecidos ya tomaron lugar para estar listos y abordarlo a su paso; el Papa también visitará a los presos del Cerso No. 3.
Hasta la hora de entregar este texto, el Francisco no se había pronunciado acerca de entrevistarse con los padres de los normalistas de Ayotzinapa, también extrañó que en sus discursos no hablará de las mujeres, quizá hoy en Juárez lo haga, aunque parece que la oportunidad se diluye.
Muchos se preguntan ¿qué va a cambiar en este País con la visita de Francisco? Es
obvio que nada cambiará en el gobierno federal ni en los estatales, los funcionarios acudieron al recibimiento del Papa para tomarse la foto y aprovechar el momento mediático; lo que pudiera cambiar es el clero y la feligresía católica que es a quienes realmente compete esta visita, porque es a ellos a quienes directamente van dirigidos los mensajes del Pontífice, que hoy llegan a su fin en México.
