Carta a estudiantes insumisos
Pablo Vargas González
Pachuca.- Es un gusto poder enviar un mensaje a los egresados/as de las generaciones de 2010 y 2011 de este plantel Casa Libertad. Con 15 años de vida de la universidad es un gran orgullo que cada año egresen hombres y mujeres con una nueva visión y misión de la vida.
El día de hoy se refrenda con hechos contundentes la vocación y función universitaria: formar profesionistas en diversas ramas de la ciencia pero fundamentalmente formar ciudadanos.
Porque hoy no solamente ustedes tienen mayores elementos para enfrentarse a la vida, incluso podría decir de modo exitoso, que cambie las condiciones de vida individual y familiar, lo sabemos con la información que tenemos de egresados de este plantel. Han tenido una formación que incluye ideas, desarrollo de capacidades y habilidades pero también valores, toda esta amalgama es lo que ha transformado su vida cotidiana y la de su entorno.
Y es importante poner énfasis en los valores que se aprenden y viven en esta comunidad universitaria. La UACM no es cualquier universidad, es una institución pública, creada para formar ciudadanas/os íntegros. Desde que se pisa un aula el estudiantado tiene derechos pero también, obligaciones. Se aprenden las reglas del juego académico: formarse y aprender con rigor académico, ejercer junto con el profesorado las amplias, y dijera claramente, absolutas libertades de expresión y cátedra, que disfrutamos ampliamente.
Aun hoy todavía, siguen las calumnias y las agresiones contra la universidad, por su arraigo social y popular, porque en efecto forma hijos e hijas de la clase trabajadora. No nos preocupan, porque un Quijote moderno diría: “deja que las televisoras ladren, Sancho”. Nos preocuparía cuando los padres de familia, los representantes de barrios y colonias de esta demarcación vinieran a reclamar que sus hijos no aprenden o que no son beneficiarios de esta institución.
Nos consta que buena parte del estudiantado trabaja y estudia; es decir, realizan un esfuerzo mayúsculo para ejercer su derecho a la educación; pues aparte de estudiar y hacer tareas escolares tienen que llevar el pan a su familia. Y nos consta que esta universidad no discrimina ni por edad, sexo, color o raza ni mucho menos por credos religiosos, políticos o ideológicos. Por el contrario aquí discutimos abiertamente las ideas desde una perspectiva universal; aquí vivimos el pluralismo y respetamos y aprendemos lo que son los derechos humanos.
Aquí convivimos estudiantes y profesores de diferentes edades, en igualdad de género, diversa condición social, empleados, desempleados, adultos mayores. Y es un timbre de orgullo tener mujeres trabajadoras y amas de casa, mujeres con hijos, lo que implicaría doble o triple jornada, que no solo han egresado de estas aulas sino que se han titulado. Eso y mucho más es la UACM. Estas y más son las fortalezas de nuestra comunidad.
Algunos creen que nos atacan diciendo que es la universidad del Peje, aquellos periodistas ignorantes y malintencionados, alejados del profesionalismo; una cosa es cierta: ellos no egresaron de nuestra universidad. Claro que es una falacia. Andrés Manuel tuvo la visión de llevar educación donde no había y cumplió su palabra, pero en 2005 esta universidad alcanzó la autonomía, y la capacidad de autogobernarse, esta universidad no tiene dueño, es un producto y una conquista de la sociedad, que la sociedad misma debe defender.
LA UACM es la universidad más joven del país y la que tiene mayor futuro. Es en ese contexto que también debemos practicar la autocrítica y reconocer fallas y debilidades. Es claro que el tipo de universidad y educación no gusta a las elites ni los gobernantes. Desde luego los problemas de presupuesto y financieros son una prioridad, pero también debemos avanzar en las agendas internas, en promover y desarrollar la investigación y diversificar la oferta educativa, así como también fortalecer nuestra legislación interna.
Este día nos congratulamos autoridades, personal y profesores del plantel, es un día especial, las y los estudiantes que egresan tienen la misión de ejercer y desarrollar una nueva etapa de su vida, pero también deben hacer el último esfuerzo universitario de llegar a la meta y alcanzar la titulación y seguir el camino amplio y frondoso de la lucha por la vida y la superación.
Sepan que confiamos en ustedes, se han formado en teorías y conceptos universales, cuentan con capacidades múltiples y tienen valores del cambio social, pueden enfrentarse a las adversidades de todo tipo, sean propositivos porque pueden dar respuesta a los diferentes problemas de la sociedad, lleven la luz donde no la haya, actúen con profesionalismo y ética, trabajen contra los grandes obstáculos del mundo y de nuestra pueblo que son la desigualdad, la opresión y las tiranías políticas e ideológicas.
Llevan un signo y una marca registrada, son uacemitas. Nos complace darles el adiós y el hasta siempre. La UACM es y será por siempre su casa, y si quieren también las de sus hijos.
