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2071 4 Abril 2016

 

 

La demanda como estrategia política
Ernesto Hernández Norzagaray

 

Mazatlán.- “Mejor que hablen mal de uno, a que no lo hagan”, le escuché decir entre resignado y optimista a Mario López Valdez en la campaña de 2010.

Esta expresión, que parece letanía, es muy común entre los políticos mexicanos y vino a mi memoria cuando supe que Héctor Melesio Cuén Ojeda había demandado por la vía civil a la abogada laborista Teresa Guerra, por supuesto daño moral ocasionado por comentarios críticos a su desempeño como persona pública, es decir, como diputado, dirigente político y ex rector en la UAS.

Luego vino lo que hemos leído y escuchado en apoyo de Tere, lo que se ha convertido en una bola de nieve en medios impresos, digitales y redes sociales.

Hay expresiones contundentes como las de Arturo Santamaría, las puntuales de Enrique Ramírez, las sensatas de Alejandro Sicairos, las solidarias del grupo de mujeres progresistas, y el llamado a la cordura de Asociación de Periodistas 7 de Junio, o el pronunciamiento de la Senadora Diva Hadamira, además de las preguntas inquietantes e insistentes de muchos periodistas, o las multienviadas en Facebook que contrastan con las legalistas que defienden “el derecho a la defensa”, o las de una señora Arellanes, que se desgarra las vestiduras y reparte culpas en defensa del diputado. Todas estas expresiones se han convertido en un coro de voces con un eje común: Héctor Melesio.

¿Hay otro aspirante a la Gubernatura del estado que tenga esa cobertura, que va más allá del estado? Repito, ¿Hay otro aspirante a la Gubernatura del estado…? No.

Mala publicidad
Cierto, es una mala publicidad para un candidato que busca ofrecerse como alternativa a lo existente, pero es comunicación política y no todos los votantes se mueven bajo criterios racionales.

Lo normal es que sea un ejercicio totalmente subjetivo, o de plano que haya quienes venden su voto.

Quizás a Héctor Melesio le recomendaron que potenciara sus negativos para convertirse en víctima, pues de otra forma no tiene ninguna posibilidad, pues la ruptura con el PAN lo habría alejado definitivamente del triunfo.

¿Qué más da?, dirá Héctor Melesio, vamos por la vía de los negativos y apostarle a construir una “candidatura víctima”.

No será la primera vez que en México sucede. ¿Alguien recuerda cuando López Obrador aprovechó el intento de desafuero en 2004 para construir su candidatura de 2006?

Sí, ya sé, no es válida la comparación en término de perfiles, pero lo puede ser en estrategia.

Héctor Melesio es un hombre con dinero que puede perfectamente estar siendo asesorado por Dick Norris, el estratega que diseñó la frase “AMLO es un peligro para México”.

Claro, decir Norris son palabras mayores, pero este personaje de la comunicación política tiene sus discípulos en México y alguno de ellos pudiera estar haciendo está tarea en el mayor de los silencios.

Si es así, vamos a ver cuál es su siguiente paso, sabremos si estamos equivocados y podrían tener razón aquéllos que dicen que es una torpeza más de Héctor Melesio, y que le puede costar todo el imperio que ha construido.

Sé que para muchos el desprestigio necesariamente quita votos, y es cierto hasta un punto en un electorado racional, pero no vivimos en Suecia ni Alemania, sino en la tierra de los 11 ríos, donde una parte de los que votan no lo hacen por razones, sino por redes informales de la política: compadres, amigos, lealtades partidarias.

Entonces, si existe una estrategia, va el PAS sobre esta franja de electores que pudieran estar en una lógica para meterse en la disputa por la gubernatura, cuando estamos en un escenario de aspirantes de bajo perfil y hay que aceptar que dentro de ellos, es el más conocido.

La búsqueda del Senado
Cierto, Cuén candidato tuvo su mejor momento en 2012 cuando obtuvo 189 mil votos en alianza con Nueva Alianza, y para ganar, como él mismo lo ha dicho, necesita 500 mil, es decir uno y medio más de lo que obtuvo en su aspiración de Senador.

Y cosas de la política, la muerte repentina de una senadora de línea dinástica, su amigo el “Cacho” Cárdenas, sin un voto está hoy sentado en el Senado de la República como antes le sucedió a Jorge Abel López Sánchez, cuando entró al quite por Natividad González Parás, que fue candidato y luego Gobernador en Nuevo León.

Le hubiera resultado mejor haber sido suplente de la hija de Elba Esther antes de compartir la candidatura con el yerno de la “maestra”.

Entonces, mucho ojo, sobre lo siguiente que viene si es que viene, si Héctor Melesio se pone nervioso y va más allá de demandar a Tere Guerra.

Y eso muy pronto lo sabremos, Cuén es un personaje político de impulsos, temperamental y autoritario, le gusta banquetear mucho la política de opinión y aventar exabruptos sin control.

Las campañas constitucionales para Gobernador empezaron hoy y a partir de este momento hay que estar atentos de su estrategia.

Recuerdo que hace unos días soltó a los medios que venían demandas civiles por aquello del fideicomiso que está intacto y, palabras más o palabras menos afirmó: “Nadie de quienes me señalaron que había utilizado para financiar al PAS, ha ofrecido una disculpa”.

Ya sé, no faltará quien diga que sería una pendejada hacerlo en plena campaña porque le quitaría votos, pero si es parte de su estrategia de campaña es completamente racional que lo haga para sostenerse en medios.

Ya sabe que votos no va a tener, y cuáles son los que puede alcanzar victimizándose ante los medios.

Pero vamos, si la asesoría política que tienen el PRI y el PAN ven indicios de que todo ello podría ser parte de una estrategia de comunicación política, es previsible que el calambre aparecido en El Universal se reanude y arroje información más comprometedora del personaje.

Y entonces, sí podría ser el principio de la debacle del imperio cuenista construido desde la UAS.

La moraleja recomendaría mejor que la gente hable bien que mal.

Al tiempo.


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